En el Partido Popular se huye de la posibilidad de repetir unas elecciones, ya que no recuperaría tanto voto fugado a Ciudadanos como algunos analistas pronostican. Ese retorno de apoyos se estima en un porcentaje que no supondría más de veinte escaños, con lo que la suma aritmética de la opción de centro derecha permanecería aún muy alejada de la posibilidad de formar Gobierno.
Comienza a preocupar en Génova en forma creciente la sombra de una vuelta a las urnas dentro de tres meses. Ese escenario, que en principio parecía favorecer tanto al PP como a Podemos, ya no se antoja tan optimista. Rivera está logrando recuperar imagen para su partido, tanto con su papel de urdidor del pacto por la Mesa del Congreso con en su actitud de firmeza frontal frente a Podemos y su líder, Pablo Iglesias, que está mostrando una imagen irritada y cerril.
Ciudadanos está reaccionando, mientras que el PP sigue abatido. La imagen de Rajoy es la de un líder sin fuelle, sin ganas, a la espera. Sin capacidad de iniciativa. Repite las mismas frases y no es capaz de incorporar novedades en su discurso. De ahí su empeño por conseguir el acuerdo para su gobierno de amplio apoyo parlamentario, algo que a todas luces se antoja ahora mismo una quimera.
Rajoy quiere que el trámite de la investidura se despeje cuanto antes para afrontar, si es preciso, unos nuevos comicios a finales de abril
El presidente del Gobierno en funciones quiere que el trámite de la investidura se despeje cuanto antes para afrontar, si es preciso, unos nuevos comicios a finales de abril. La provisionalidad de la situación hace demasiado daño a la economía nacional y no favorece demasiado a los intereses del Gobierno. La teoría de que Podemos protagonizaría un 'sorpasso' sobre el PSOE también empieza a ponerse en cuarentena. Es evidente que Pablo Iglesias tiene tantos problemas con sus baronías periféricas como el propio Pedro Sánchez y que acudir de nuevo a las elecciones no le garantiza en absoluto que vaya a arrebatar tanto votante socialista como hasta ahora se venía anunciando.
Altos responsables del PP consideran que estas semanas de negociación de una investidura van a tener un efecto decisivo en la inclinación del voto. Confían en que el papel obstruccionista que lleva a cabo Sánchez le castigue entre su votante más tradicional y mantiene la esperanza de que el voto útil anime a mucho simpatizante a reflexionar sobre la necesidad de un partido fuerte para devolver la estabilidad al panorama político.
Un actor que se considera de importantes efectos electorales, pero del que por el momento apenas se habla en la dirección del partido, es el posible cambio de candidato, el relevo de Rajoy por otra figura que produzca menos rechazo en un segmento de la población más joven y menos implicada con el ideario básico del PP. Esta alternativa de momento no es más que un ejercicio de reflexión teórico del que apenas se habla en las altas instancias de la formación.