Nieto, condenado por este desvío de fondos por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, estuvo al frente del Consejo de la Juventud entre los años 1989 y 1990, justamente después de que abandonara esta responsabilidad José Blanco, poco antes de convertirse en el senador más joven de la Cámara Alta. Nieto dirige ahora la Escuela de Tiempo Libre de Galicia, cuyo negocio se centra en los siempre polémicos cursos de formación.
“Yo valgo más por lo que sé que por lo que digo…Tengo mucha documentación de aquella época que en ocasiones me ha pedido el PSOE y no la he entregado. Dispongo de suficiente información como para empapelar a Blanco por éste y por otros motivos, ya apuntaba maneras de joven, luego ha sido un gran político, un gran fontanero, un buen gestor…pero en esa época utilizó el Consejo como catapulta para pillar por otros lados. Ha dejado muchos cadáveres por el camino y al final se le levantan…”, afirma Isidro Nieto de carrerilla.
En aquella época, Blanco manejaba con solo 25 años un presupuesto anual de 35 millones de las antiguas pesetas. Cuando salió del Consejo de la Juventud, las cuentas que empezó a gestionar Nieto se dispararon hasta los 80 millones, según reconoce él mismo.
Nieto intenta explicar también a su modo la condena que le impuso la Justicia gallega por desviar fondos del organismo encargado de encauzar las políticas de la juventud. “Nos gastábamos la mayoría del dinero en talleres, en cursos de formación y en viajes. En uno de ellos, a Estambul, me robaron la visa y estuvieron tres meses haciéndome cargos. Cuando en uno de ellos sobrepasaron las 25.000 pesetas, localizaron a los ladrones. En cuanto a nuestra actividad, la verdad es que teníamos veintitantos años y era el desborde total y absoluto…”.
“La auditoría dijo que faltaban facturas por 22 millones, pero la verdad es que había muy pocas sin justificar, toda la investigación fue irregular. Hubo mucho mamoneo político”, añade. Nieto fue condenado por malversación de fondos a cuatro años de inhabilitación para cargos públicos y a abonar millón y medio de pesetas. “Blanco me dijo que le había engañado y que no había tenido nada que ver conmigo, pero la verdad es que éramos amigos y él estuvo varias veces comiendo en casa de mis padres. La relación acabó ahí”, concluye Nieto.