La Real Federación Española de Fútbol ha deliberado sancionar al Rayo Vallecano tras la inédita suspensión de su partido como local contra el Albacete el pasado 15 de diciembre dado el clima de "inseguridad" generado a raíz de gritos como "puto nazi" contra el futbolista ucraniano del equipo visitante Román Zozulia.
Así, ha considerado que el club, "a pesar de haber desplegado algunas medidas de carácter preventivo y de haber reaccionado a lo sucedido con algunos mensajes de reprobación, no fue capaz de colaborar de modo eficaz en la represión de las conductas violentas y/o incitadoras a la violencia...de tal modo que el partido pudiese ser disputado en condiciones de seguridad", dice el expediente de la RFEF.
"Tampoco consta que haya adoptado medida alguna dirigida a la identificación de los aficionados que entonaron los referidos cánticos ni a la adopción de medidas contra los mismos", remarca.
Infracción grave
Así las cosas, la RFEF ha considerado que el Rayo incurrió en una infracción grave.
La sanción determinada por el regulador ha sido una multa de 18.000 euros y la clausura de su grada ultra, la de los 'bukaneros' de la que procedieron los cánticos, por un período de dos partidos, además de la reanudación del partido con el Albacete a puerta cerrada, sanciones que el club de Vallecas puede recurrir.