Pedro Sánchez quiere dar carpetazo a un asunto radiactivo para España. El presidente del Gobierno aterriza este jueves en Washington para visitar al presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca. Y el jefe del Ejecutivo no se quiere volver con las manos vacías. Sánchez anhela cerrar un acuerdo para que las tierras contaminadas por el accidente de Palomares se trasladen a Estados Unidos, una demanda que España remitió hace ocho años. Fuentes oficiales se limitan a ser cautos sobre este tema y dejan que sea el presidente el que haga cualquier anuncio al respecto durante la comparecencia ante la prensa que realizará este viernes a las 14.00 tras su cita con el mandatario de Estados Unidos.
El equipo de Exteriores de Moncloa ha planificado este viaje, de gran valor diplomático, como una forma de cerrar la etapa de frialdad que caracterizó las relaciones entre ambos países tras la salida de tropas de Irak que ordenó el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Sánchez llega a Washington con varios obsequios con los que dar cuenta de ello para la administración estadounidense, como la distinción de la Real Orden de Isabel la Católica que el Consejo de Ministros acordó imponer este mes a la expresidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi y que Sánchez le entregará en la embajada española.
En efecto, el Gobierno vende que la relación entre Estados Unidos y España vive un momento excelente, de gran intensidad, que recibió un gran impulso cuando se produjo el encuentro de los dos presidentes en junio en Madrid, en el contexto de la cumbre de la OTAN. Entonces, la primera vez que se veían de manera oficial, ambos firmaron una declaración conjunta que actualizó los principios de la colaboración entre los dos estados tras más de 20 años sin cambios en la anterior. Desde entonces, Moncloa ha trabajado con la administración Biden intensamente a todos los niveles.
Un "actor global" con gran conocimiento de los asuntos planetarios
Sánchez, tildado de "actor global" por su núcleo duro, lleva varios meses trabajando en las relaciones internacionales. Es más, fuentes oficiales del Gobierno destacan los contactos y encuentros que el presidente ha tenido con mandatarios que consideran importantes a nivel mundial, como el presidente ucraniano Volodímir Zelenski o el chino Xi Jinping, así como algunos de los principales dirigentes iberoamericanos, con quienes el presidente ha preparado la presidencia española de la Unión y la gran cumbre UE-CELAC.
Con este bagaje, según Moncloa, Sánchez cuenta con un conocimiento muy exhaustivo de la política a escala mundial que resulta de interés para EEUU. Ese es uno de los motivos por los que, opinan en Monclo, Biden ha invitado al presidente español. Aunque encima de la mesa del Despacho Oval de la Casa Blanca habrá tiempo para asuntos bilaterales que el propio ministro de Exteriores, José Manuel Albares, cerró en la tarde del miércoles.
La idea es avanzar en los expedientes abiertos por ambas administraciones, como el de Palomares, sin olvidar la geopolítica. Ambos mandatarios abordarán los retos y desafíos a los que se enfrenta el mundo, en plena guerra de Ucrania. Pero Sánchez también compartirá con Biden los principales ejes en torno a los cuales va a girar la presidencia de la UE y cómo afectan o no a su relación con EEUU. Pero Sánchez y Biden estarán en disposición de anunciar varios acuerdos. Por ejemplo, en el ámbito seguridad y defensa. Este lunes se firmaron los acuerdos para llevar dos nuevos destructores a la base de Rota. También en habrá acuerdos en cooperación espacial con guiños a la recién creada Agencia Espacial Española. Del mismo modo se firmarán documentos en materia de lucha contra la emergencia climática, comercio e inversiones.
Ucrania, el tema
Ambos presidentes harán alarde de la unidad entre los aliados sobre Ucrania. Fuentes oficiales hacen hincapié en la unidad de planteamiento, en el apoyo y en la acción entre EEUU y UE. Es más, evitan pronunciarse sobre las diferencias, porque, dicen, no procede. El presidente español podrá departir con Biden sobre sus impresiones en el encuentro que mantuvo con Xi en Pekín, ya que Sánchez fue el primer dirigente occidental que se entrevistó con el presidente chino una vez trascendió la propuesta de paz de Pekín.
Sánchez tiene un gran objetivo para su semestre al frente de la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea: que Ucrania y Rusia comiencen unas negociaciones de paz que él pueda auspiciar. Como ya publicó este diario, el Gobierno tiene en mente ese escenario. El problema es Rusia. El cálculo que hacen los cuarteles militares de Occidente es que sin una victoria de Moscú que el presidente, Vladimir Putin, pueda vender a los suyos, el mandatario ruso no se sentará en la silla para poner fin a la guerra.
El presidente del Gobierno se esmera para que la presidencia española sea el colofón de su legislatura. Y el fin de la guerra, o al menos el principio del fin, sería un gran broche de oro. Es por todos sabido que Sánchez disfruta la política exterior como pocos. En Moncloa, además, loan a su jefe como todo un "embajador" que ha devuelto a España a la esfera de relevancia internacional de la que salió tras la crisis económica de 2008, primero con José Luis Rodríguez Zapatero en Moncloa y luego con Mariano Rajoy. Aunque Sánchez tendrá una foto en el Despacho Oval que ya tuvieron sus dos predecesores.
Playero
EEUU hace décadas que le colocó esas tierras contaminadas a España
Beltxa
Eso es mentira, me ha dicho el pastor del pueblo que todos los que votan a Sánchez quieren negociar la amnistía. Lo tienes claro, listoooooo
Reliable1
«Trabajaremos juntos para impulsar una inmigración segura, ordenada y regular», se limitó a decir el ministro de Exteriores español, Albares ante Blinken en rueda de prensa. Eramos pocos y parió Antonio.
Ibero
NOS están gestionando los beocios más grandes de la Historia de España...somos el hazmerreir de Europa