España

Perico, el guardia civil que desarticuló decenas de comandos de ETA hasta morir en Valladolid

La trayectoria del teniente coronel Pedro Alfonso Casado está ligada a la lucha antiterrorista. Casado y padre de dos hijos, "siempre estaba en primera línea": "De lo pequeño que era parecía esquivar las balas"

  • Perico, el teniente coronel de la Guardia Civil fallecido tras recibir un disparo en Valladolid -

"Le decíamos que de lo pequeño que era esquivaba todas las balas, siempre estaba en primera línea, incluso en la desarticulación de los comandos de ETA. Hasta que ocurrió lo de Valladolid y...". La voz rota de quienes comparten uniforme con Pedro Alfonso Casado, Perico para sus allegados, revela el vacío profesional -pero sobre todo personal- que deja la noticia de su muerte. Él fue quien lideró el operativo de la Guardia Civil para capturar a El Chiqui quien, tras matar a un hombre y secuestrar a un rehén, se había atrincherado en una vivienda de Santovenia de Pisuerga.

Para entender la trayectoria de Perico es necesario hablar de ETA y ubicarse en los años más duros de la lucha contra el terrorismo. Aquellos tiempos en los que la banda criminal mantenía el pulso al Estado y sumaba muertos y más muertos encima de la mesa para obligar a los sucesivos gobiernos a negociar. Perico se forjó en el Grupo Antiterrorista Rural (GAR), punta de lanza de la Guardia Civil para enfrentarse a los comandos etarras. Pero él destacó de entre los mejores. Y pronto le llamaron para engrosar la Unidad Especial de Intervención (UEI).

La UEI es la unidad de élite de la Guardia Civil. Llamados a enfrentarse a las misiones más duras y exigentes, aquellas que requieren una precisión quirúrgica. La disponibilidad de sus miembros siempre es total, preparados para enfrentarse a los criminales más peligrosos, a las situaciones de máximo riesgo. Y eso, en España, supone enfrentarse a ETA.

El cuerpo de la Guardia Civil fue el más hostigado por la banda terrorista. El extenso historial de víctimas mortales refleja la cadencia con la que ETA golpeaba al Instituto Armado. Vencer a ETA era una cuestión de supervivencia. Perico lo sabía. Perico quería estar en primera línea y contribuir en un pulso que, por momentos, parecía imposible de superar.

Los comandos de ETA

"Participó en decenas de desarticulaciones de comandos de ETA", señalan quienes lo conocieron. "Los miembros de la UEI son muy poquitos y siempre están ahí cuando se les necesita". Era habitual que, en torno a una vivienda donde se parapetaban los terroristas, cerca de un caserío donde se escondían los principales armamentos de la banda, apareciese "un tipo pequeñito, calvo, fibroso" para hacerse cargo de la situación.

Era Perico, quien "ha pasado toda su vida en la UEI", quien daba las instrucciones precisas a la unidad de élite de la Guardia Civil hasta ver caer decenas de comandos etarras. Uno de los últimos en los que participó fue el comando Vizcaya, en mayo de 2008, que culminó con la detención del terrorista liberado Arkaitz Goikoetxea -a sueldo de la banda para cometer los asesinatos- y su equipo más cercano, todos ellos a las órdenes del sanguinario Txeroki.

"No hubo un solo operativo en el que no estuviera en primera línea". "Es de esos mandos que, en vez de ser jefes, son líderes". "Llevaba veinte años en la UEI y tenía el mismo espíritu de chaval de cuando empezó". Quienes hablan de él lo hacen en pasado. Porque este martes, 5 de julio, se ha confirmado su muerte.

"Ha tenido que desarticular decenas de comandos de ETA y participar en algunos de los operativos más peligrosos para caer ahora en Valladolid", señalan con desazón aquellos con los que compartió las misiones más complejas. No se ha podido hacer nada por salvar su vida. El Chiqui se parapetó en una casa con un rehén. La Guardia Civil seguía sus pasos por el asesinato de otro hombre. Era peligroso. Estaba armado. Disparaba.

Una de las balas alcanzó en la cabeza a Perico, teniente coronel, casado y padre de dos hijos -uno aún menor de edad-. Se le trasladó a un hospital. Su corazón luchó durante cuatro días, aunque todos los pronósticos delataban la gravedad de su situación. Este martes se ha confirmado su fallecimiento. "Nuestro más sentido pésame para la familia, compañeros y amigos de Pedro", reza la Guardia Civil en sus redes sociales, en un mensaje acompañado con un crespón negro.

"Le decíamos que de lo pequeño que era esquivaba todas las balas, hasta que ha caído en Valladolid -lamentan quienes lo conocían-. Era un tipo que era todo alegría, todo corazón. Nadie puede hablar mal de él".

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli