España

Podemos acorrala a Yolanda Díaz para demostrar su fuerza "al partido Sumar"

Los de Ione Belarra pasan de decir que la 'dama roja' es su candidata a dejarlo en sus manos. Ella, mientras, desdeña el ataque morado

  • (I-D) El exlíder de Podemos Pablo Iglesias; la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; y la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra en una imagen de archivo. -

Podemos ya no se esconde. Tras varios meses apoyando a su candidata Yolanda Díaz para liderar toda la izquierda a la izquierda del PSOE, el partido capitaneado por Ione Belarra, pero manejado en la sombra por su exlíder Pablo Iglesias, está acorralando a la vicepresidenta segunda del Gobierno. Tras el bombardeo premeditado del pasado domingo "al partido Sumar", cuando Iglesias tildó de reaccionario el discurso contrario a los partidos que pregona la 'dama roja', este lunes los morados cambiaron su argumentario. Díaz ya no es su candidata, ahora lo dejan en sus manos: "Es ella quien debe decir[lo]", espetó el portavoz, Javier Sánchez, quien metió el dedo en la llaga al catalogar de fuerza política el proyecto de Díaz, justo lo que su equipo se desgañita en gritar que no es.

Con ese sutil cambio, Podemos quiere decir muchas cosas. Pero la más importante es que si no hay Yolanda Díaz no pasa nada, porque están ellos para volver con la fuerza de antaño. La dirección morada está convencida de haber recuperado la iniciativa gracias a la estrategia victimista de señalar a determinados medios de comunicación y, en especial a algunos periodistas, como una mafia al servicio de un complot urdido para destruirles. Lo que no mata engorda.

Los morados también sienten su autoridad reforzada tras el lío de la coalición andaluza, que concurrió este verano y fracasó estrepitosamente. El nivel de entusiasmo es tal, que altas fuentes moradas aseguran que está habiendo un incremento de afiliación joven. Es decir, de chavales y chavalas que eran niños aquel 15-M de asalto a los cielos. En plata: Podemos sugiere que es Podemos quien seduce, no Yolanda Díaz pese a las decenas de horas que la ministra de Trabajo está invirtiendo en escuchar a la sociedad civil.

El desdén de Yolanda Díaz

En el entorno de la vicepresidenta segunda ni se inmutan. En realidad, Yolanda Díaz desdeña el plan de Podemos de no diluirse en una sopa de letras, sino de alcanzar un acuerdo de coalición con ella. De igual a igual, porque Podemos, "la fuerza que mejor resultado ha obtenido para la izquierda en los últimos 80 años", "debe ser respetada". Fuentes cercanas a la vicepresidenta sostienen que Podemos atacó el proyecto de Díaz este domingo para demostrar fuerza ante la incipiente reconversión de Sumar en proyecto político. Se sigue el axioma de que lo viejo (Podemos ya es viejo) se siente amenazado por lo nuevo.

De manera que Iglesias y los suyos recuerdan a Yolanda Díaz que ellos ya nacieron sumando, como está haciendo ahora ella, porque fueron un proyecto nacional popular por mucho que hayan terminado subyugados al PSOE en Moncloa. Podemos, en definitiva, desvela sus cartas poco a poco y lanzó una OPA a todo aquel que se acerque a escuchar a Yolanda Díaz. La firmó el cofundador Juan Carlos Monedero: "Los que se atrevan contra los que siempre han querido mandar, que se vengan con nosotros. Este es el sitio".

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, junto a Pablo Iglesias, el pasado 2 de mayo, en el cierre de campaña de Madrid.EUROPA PRESS

A Podemos nunca le gustó ver reducido su papel en todo lo que gravita a la izquierda del PSOE. Los morados quieren ser autónomos y líderes. No quieren ser comparsas arrastradas por los intereses de Yolanda Díaz, una candidata que no es de Podemos por mucho que sea la mejor opción para presentar en unas elecciones generales. Los de Iglesias y compañía ni van a claudicar ni a entregar su partido, que tanto esfuerzo les ha costado mantener a flote tras guerras cainitas y purgas sectarias.

Una relación rota

La relación entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias se ha ido deteriorando desde que el exlíder de Podemos abandonó la política y designó a la 'dama roja' sucesora sin habérselo pedido y sin testar su decisión a la opinión de la militancia. Iglesias se sintió engañado en pleno alboroto por el frente amplio. Y eso no gustó al exjefe morado. La vicepresidenta segunda está decidida a hacer las cosas a su manera. El problema es que Iglesias condiciona día a día desde sus altavoces mediáticos la vida interna del espacio del cambio. Y las fuentes consultadas entienden que la situación entre ambos se haya enrarecido tanto.

La historia de ambos viene de lejos. Iglesias fue asesor de Yolanda Díaz hace una década, cuando la gallega estaba en la cocina de Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), una coalición electoral levantada tras un trato entre una facción del nacionalismo gallego e Izquierda Unida, junto a junto a Xosé Manuel Beirás. Y las cosas salieron bien, porque se situaron como tercera fuerza por detrás de PP y PSOE. Entonces, Podemos no existía. Y el liderazgo de Yolanda Díaz estaba por hacer. El idilio entre Iglesias y Díaz se intensificó en aquellos años. Pero ahora ni se hablan. No es que se odienEs que ya no son amigos. Las cosas están mal.

Mientras, Pablo Iglesias, 'alejado' de la primera línea, tiene la habilidad de manejar a Podemos sin dirigirlo. El exdirigente de Podemos sigue marcando la línea de la formación a través de sus tribunas en prensa y de sus intervenciones en algunas de las tertulias radiofónicas más escuchadas de España. También intenta sentar cátedra sobre los asuntos públicos a través de su programa, que emite a diario en Internet gracias al productor Jaume Roures. En ocasiones, los mensajes que ha lanzado la actual secretaria general, Ione Belarra, han sido réplicas dialécticas del argumentario que esgrime Iglesias en su altar mediático. Cada palabra le aleja más de su examiga Yolanda Díaz. El "te quiero mucho" firmado por Iglesias que anticipó la entrada de la 'dama roja' en Moncloa es pasado.

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