España

Los independentistas catalanes demonizan a Podemos con el estigma de 'españolistas'

El independentismo catalán no avanza, está bloqueado, ha tocado techo. Podemos se ha convertido en un posible factor de riesgo. Arrastra un voto transversal y creciente. Para frenarlo, nada mejor que tacharlo de 'españolista'.

  • Pablo Iglesias (2i), junto a sus más estrechos colaboradores (Monedero, Alegre, Errejón y Bescansa)

En el soberanismo catalán contempla con recelo la sorprendente irrupción de Podemos. No porque se trate de un rival directo, pero sí porque su aparición en el escenario político coincide con el frenazo en la evolución al alza del voto secesionista. Cierto que no es el factor más preocupante. Hay otros quizás más notorios, como las crecientes trifulcas en la familia separatista, el duelo de gallos entre Mas y Junqueras, el cansancio de la población después de dos años de travesía hacia la nada, y la nefasta gestión económica de un Ejecutivo pendiente del 'proceso' y ajeno a las cuestiones del día a día. Pero Podemos puede suponer un freno importante para los planes de Mas y sus compañeros de viaje, aún por delimitar, de acuerdo con los estudios que manejan los estrategas de la Generalitat.

No son de aquí, por lo tanto, 'no nos representan'. Esta es la esencia de la campaña en los medios

Tanto que desde el entramado propagandista del soberanismo se ha comenzado una campaña de perfil bajo pero intenso en la que se trata de identificar al partido de Pablo Iglesias con el 'españolismo' más acendrado, ajeno por tanto a los intereses del catalanismo fetén. Son españoles, como el PSC, como el PP, pero no lo dicen, se escabullen, no toman postura ante el hecho nacional. En suma, no son de aquí, por lo tanto, 'no nos representan'. Esta es la esencia de esa campaña que se cuela de forma sibilina por determinados medios informativos, en organizaciones del activismo social y en los despachos donde se traza la estrategia del camino de Mas hacia la tierra prometida de la independencia.

El activismo abstencionista

Muchos abstencionistas del 9N, que en su día respaldaron al PSOE o al PP, no ocultaron que votarán a Podemos en unas generales. Según el Gesop (especie de CIS catalán), Pablo Iglesias lograría ahora atraerse en unas autonómicas al 19 por ciento de los votantes con 'identidad catalana' y al 6 por ciento de quienes se consideran independentistas. En unas generales, Podemos podría convertirse en primera fuerza en Cataluña con un 28 por ciento de respaldo en las urnas. El voto de antaño CiU-PSC en unos comicios al Parlamento nacional puede estar mutando hacia un voto ERC-Podemos, de acuerdo con los últimos sondeos.

Según el Gesop, Pablo Iglesias lograría ahora atraerse en unas autonómicas al 19 por ciento de los votantes con 'identidad catalana'

Podemos fagocita en forma clara y directa en Cataluña tanto a socialistas como a comunistas. Pablo Iglesias resulta mejor valorado que los propios líderes del PSC e ICV. Arrastra voto simpatizante con el 'derecho a decidir' aunque la fuerza fundamental del tirón de Podemos es la simpatía que despierta entre ese sector de la sociedad que está harta de la corrupción y de lo que representan los partidos y los políticos tradicionales. Aquí tan sólo se salva la CUP, de izquierda radical, y Ciudadanos, antinacionalistas viscerales. Y, por supuesto, Podemos, abanderados de la denuncia del saqueo de lo público por parte de los 'corsarios de la casta'.

Podemos podría derribar el dique levantado por el independentismo de CiU y ERC en unas elecciones regionales, aunque con resultados no excesivamente estrepitosos. Pero en unas generales, esa polarización entre nacionalistas/no nacionalistas saltaría hecha añicos y los primeros sufrirían una inesperada fuga de votos hacia Podemos de unas dimensiones por el momento desconocidas. Desde la Generalitat se asiste con enorme atención no exenta de preocupación a esta nueva deriva del cuadro electoral catalán. Podemos puede convertirse en un factor desestabilizador para los planes del nacionalismo. 

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