El miedo en el PSOE a ser sobrepasado por Podemos en las próximas elecciones generales es cada vez más patente. No es algo que anticipan solo la mayoría de las encuestas sino que es un temor que ha conseguido anidar en todas las estructuras del partido a medida que se ha ido constatando el cierre en falso del congreso extraordinario celebrado en julio del año pasado y la creciente debilidad de Pedro Sánchez en el ejercicio de su liderazgo.
Los calificativos que Rajoy ha dedicado a Pedro Sánchez en el debate de la nación no han sido improvisados
Sánchez ha llegado al debate del estado de la nación clausurado este miércoles con plomo en las alas, pues no solamente tenía la obligación de dar un revolcón a Mariano Rajoy para demostrar que es alternativa de Gobierno sino también la de evidenciar en clave interna a su partido que está preparado para liderar el cambio y evitar el sorpasso a manos de Podemos. Al final del debate, ni una cosa ni la otra.
Según fuentes del PP, ninguna de las lindezas que Rajoy ha dedicado a Sánchez en este debate ha sido improvisada. En el Gobierno, se afina todavía más: “El mensaje que ha querido transmitir el presidente al Partido Socialista es que o cambia de líder, o no podrá ayudarle a frenar a Podemos”.
Rajoy arrancó su réplica al secretario general del PSOE de este modo: “Después de escuchar atentamente su brillante intervención, he llegado a la conclusión de que usted piensa más en el señor [Pablo] Iglesias que en los problemas de España. Yo vengo aquí a hablar de España”. Otras advertencias fueron deslizadas por el presidente durante su intervención en frases como éstas: “Usted es el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, debería tener más nivel en sus intervenciones… Nos ha explicado lo mal que va España, eso es lo que nos ha explicado en su intervención. No me puedo creer que sea la intervención del PSOE, que siempre ha estado más moderado y equilibrado, o debería estarlo ahora también en sus planteamientos… Creo que se ha equivocado usted de discurso. Se lo digo con absoluta franqueza. No es lo propio de un partido que pretende ser alternativa de Gobierno, por muchas dificultades que tenga que superar ese partido, hacer una intervención como la que usted ha hecho aquí en el día de hoy. Se lo digo tal y como lo pienso. Incluso, se la podría haber construido yo criticándome a mí mismo, pero con un discurso más moderado, más equilibrado y más sensato… No ha dado la talla ni de lejos para ser presidente del Gobierno de este país, estoy preocupado por el lugar al que ha llevado usted por primera vez en la historia al PSOE en los sondeos… En lugar de estar preocupado por tantos tiquismiquis y por lo que le dicen los periódicos, debiera usted preocuparse por el interés general de los españoles y le iría mejor… No vuelva usted aquí a hacer y a decir nada, ha sido patético”.
Falta en el PSOE discurso de Estado
Desde el Gobierno se tienen muchas y variadas herramientas para contribuir a moderar el empuje de Podemos durante este ciclo electoral pero, según fuentes gubernamentales, lo que ha querido advertir Rajoy a la bancada socialista es que para ello necesita tener enfrente a un partido de oposición que haga un discurso de Estado y no pierda su vocación mayoritaria, algo que levanta serias dudas cuando se analiza la trayectoria de Pedro Sánchez y su inclinación a recuperar mediante la radicalización de sus exposiciones parte del espacio que le ha mordido a los socialistas la organización de Pablo Iglesias.
En la dirección del PP se opina que Sánchez comete un grave error al extremar sus posiciones ya que el electorado de izquierdas que escapa a la fidelidad del votante socialista “preferirá el original a la fotocopia”, en otras palabras que acabará apoyando a Podemos para convertirle en fuerza hegemónica de la izquierda. Es muy posible, aseguran las fuentes, que si el PSOE no cambia de líder se las tenga que ver solo en la gresca electoral con Pablo Iglesias.
Rajoy considera incapaz al líder socialista de conseguir que todo el PSOE asuma sus compromisos
Una de las razones de peso que dentro del Gobierno se muestran para explicar el desengaño que Rajoy siente hacia Pedro Sánchez es también la ausencia de garantías que éste ofrece para forjar acuerdos o estrategias que comprometan a todo el Partido Socialista, a la vista de la dura contestación interna que ha encontrado en su organización el secretario general del PSOE y de las paradas que tendrá que hacer en Madrid y en Sevilla antes de las elecciones generales. La primera se verá en mayo cuando se conozca el resultado que Ángel Gabilondo ha obtenido en las elecciones autonómicas y la segunda cuando Susana Díaz, con los datos del 22 de marzo en la mano, decida que carta jugar.