“Podemos se ha convertido en una agencia de comunicación, y lo poco que queda se está desvaneciendo”. En Unidas Podemos se multiplican las voces que apuntan a una posible implosión de la formación. La fuga masiva de cuadros y referentes en los territorios tras la salida de Pablo Iglesias se ha convertido en el principal problema para Ione Belarra e Irene Montero. En Valencia, la salida de siete miembros del máximo órgano de dirección ha sacudido la formación. En Andalucía, la ejecutiva regional ha perdido tres miembros y en Madrid se detectan conversaciones de algunos dirigentes con Más País y el PSOE. Fuentes de la formación revelan el descalabro interno. Es la primera gran crisis de la época Belarra y por primera vez se habla de "descomposición".
Siete consejeros ciudadanos, portavoces y concejales valencianos han decidido desmarcarse con contundencia de Madrid. No aceptan el liderazgo de Ione Belarra y arremeten contras sus vicarios en la región. En su comunicado hablan de “imposibilidad de debate”, “falta de transparencia y el cumplimiento de los acuerdos”, “vulneración de derechos laborales”, “incumplimientos de los documentos” en materia feminista, y de “deriva que se percibe imparable”. Y concluyen con que no quieren “ser cómplices del derrumbe interno, político y ético que se está llevando a cabo desde la actual dirección”.
El 'caso' Dalmau
La situación valenciana es de máxima tensión. Después de unas primarias con un resultado sospechoso, la echada con nocturnidad de varios trabajadores de los grupos parlamentarios (y el pago de las primeras indemnizaciones desvelada por este diario) y las purgas ordenada desde Madrid, hace pocos días también fue alejado Rubén Martínez Dalmau. Este profesor universitario era el pilar de Podemos en el Ejecutivo regional de Ximo Puig, aunque formaba parte del segmento opositor de la lideresa apoyada desde Madrid.
Dalmau no es un hombre cualquiera en Podemos. Él fue quien, con otros miembros, fundó y dirigió la fundación CEPS en sus primeros años de actividad. Entonces, la entidad (que tenía una sede en un callejón de Valencia) viajaba a América Latina para observar la victoria de los primeros gobiernos de Evo Morales y Hugo Chávez, con el objetivo de estudiarlos y generar alianzas.
Era difícil pensar que la purga interna alcanzara a un vicepresidente regional. Pero así ha sido, y ahora la Comunitat Valenciana está en rebeldía. El caos es tan grande, que la prensa local debate incluso sobre el futuro del gobierno de coalición de Puig (el del botànic), mientras que en Podemos las fuentes consultadas afirman que "ha estallado todo", y que también en Izquierda Unida se registra una fuga generalizada de cuadros. En varios municipios, los cuadros de Podem lanzan el grito de alarma. Y a esa situación se suman las dificultades que el partido vive en otros dos territorios clave: Madrid y Andalucía.
Llamadas secretas a Más País
En Madrid, según las fuentes consultadas, Podemos está literalmente cerca de la implosión. En el verano la mayoría de dirigente ha apostado por el perfil bajo, mantener el silencio y no destacar, pero en realidad se están generando movimientos y llamadas de muchos cuadros alarmados por el futuro. El partido casi no existe a nivel territorial, y algunos referentes territoriales (los pocos que quedan) se están poniendo en contacto con sus homólogos del PSOE y Más País para intentar adelantarse a los acontecimientos.
Uno de los miembros más destacado de Más Madrid (formación liderada por la troika Rita Maestre-Tania Sánchez-Mónica García) está recibiendo en estos días llamadas telefónicas de sus excompañeros de Podemos avisándoles de lo que ocurre en su partido, y pidiendo a cambio un cargo en el caso de caídas verticales en los próximos meses. En dicha llamadas, tal y como ha podido saber Vozpópuli, se le advierte de que ellos “tienen la llave” de la formación morada en el territorio, y que aunque no se están moviendo, están dispuesto a hacerlo.
Solo queda el PCE
Se trata de una política oculta que también se detecta en Andalucía. En este caso, fuentes de Unidas Podemos reconocen que Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez ha creado un “agujero” en su electorado. También aquí, algunos concejales, dirigentes territoriales, asesores y demás trabajadores han empezado a decantarse por la lista regionalista de Rodríguez. Tan solo en un día, también en Andalucía el partido ha sido sacudido por otras tres dimisiones, incluida la Secretaria de Organización. “A Podemos solo le quedan IU y el PCE”, aseguran una y otra vez las fuentes consultadas.
La situación es tan delicada que algunos cargos directamente no están trabajando. "Es grave porque en algunos casos son incluso cargos públicos, que reciben dinero del Estado", señalan las fuentes consultadas. Un cuadro regional comenta que “Podemos ya no existe. Esto es un salvase quien pueda, porque está claro que todos se están mirando alrededor, incluso llamando al PSOE, o buscan directamente un trabajo”.
En opinión de algunos encuestados, la coyuntura, que ya era crítica, ha empeorado con la salida de Pablo Iglesias. El hecho de que Iglesias se lanzara tan rápidamente hacia el mundo audiovisual ha dejado entender que aquí “lo principal es no quedarse como los últimos en el barco”. De ahí, el alud de peticiones y llamadas de los cargos públicos y representantes regionales para abrirse nuevas oportunidades en el futuro.
Elecciones autonómicas y golpes de efecto
Y mientras entre las filas errejonistas circulan todo tipo de rumores sobre los equilibrios internos en el partido de Ione Belarra e Irene Montero, también aseguran que su intención es ofrecer una salida a los que pueden colaborar. En su cabeza se halla, obviamente, Madrid. Aunque nadie descarta una "absorción" generalizada de los "cuadros valiosos de Podemos". Máxime porque, como también admiten en Podemos, es cada vez más difícil hablar de algo parecido a una reunión entre Más País y los morados de cara a la campaña general. Situación que, por otro lado, amenaza con romper los planes de Yolanda Díaz.
La fecha a la que todos miran es el año 2023, cuando se celebrarán las elecciones autonómicas. Parece un objetivo lejano, pero no lo es. A nivel de dirección de Podemos saben que esos comicios pueden convertirse en su batalla por la supervivencia (son anteriores a las generales). De ahí que la cúpula morada no excluye golpes de efecto en 2022, o incluso antes, durante la negociación de los presupuestos de Pedro Sánchez. Mientras tanto, los cuadros apuestan a por una rápida salida de escena, lo que revela el temor a que el partido que quiso revolucionar la política en España se disuelva como un azucarillo en el corto plazo.