Unidas Podemos se ha hartado de tener un escaño menos desde hace cuatro meses. El partido se despidió en octubre de su exdiputado Alberto Rodríguez, quien perdió su acta por la condena de mes y medio de prisión que le impuso el Tribunal Supremo tras haber agredido a un agente de policía. Los morados intentan ocuparlo ya y, por eso, están coaccionando a la Junta Electoral.
Y es que el secretario de Estado de Agenda 2030, el comunista Enrique Santiago, expresó este viernes su sorpresa en una entrevista en eldiario.es por el hecho de que la administración electoral "no tenga una posición proactiva" para solventar el limbo en el que se encuentra el escaño del ex secretario de organización morado.
Fuentes parlamentarias moradas precisan que el partido intenta que la Junta se moje y establezca una suerte de plazo para que Patricia Mesa, la número tres de la lista que encabezó Rodríguez, adquiera la condición plena de diputada o se expida el acta a la siguiente persona de la lista, justo lo que quiere Santiago, a quien, dice, no le consta que la Junta esté requiriendo a las personas que se encuentran a continuación de Rodríguez en la lista que tomen posesión del escaño.
La Junta no puede hacer nada
El problema es que la Junta Electoral no puede hacer nada de eso: "Ya hemos hecho lo que teníamos que hacer, que es remitir el acta a la diputada. De forma que tiene la condición de electa. Pero la ley no nos permite marcar plazos para que una diputada electa adquiera su condición plena en la Cámara", zanjan fuentes del máximo órgano electoral del país que precisan que no saben por qué Santiago ha dicho en esa entrevista que tienen capacidad para solventar el asunto.
El lío está servido, porque en el fondo comienzan a aflorar intereses opuestos. Mientras que Podemos quiere sumar ya un voto más a los combates parlamentarios de la coalición de Gobierno tras la carambola de la reforma laboral —que salió por un error de un diputado del PP—, los afines a Alberto Rodríguez —y Podemos Canarias en general— reiteran una y otra vez que ese asiento solo le corresponde a él.
Ese es el motivo por el que Patricia Mesa, afín al exdiputado canario, "no da señales de vida" según explican en Podemos. Y por el que la número dos de la lista, Fátima González, de IU, dijo 'no' a sentarse en la Carrera de San Jerónimo. El partido tampoco puede hacer mucho más en esta "situación sin precedentes", ya que corresponde a los integrantes de la lista decidir, pero el mosqueo cada día es mayor y el tono de los dirigentes morados, más alto. De manera que no les queda más remedio que presionar al entorno de Rodríguez para que ceda.
Ese escaño tiene que ser cubierto yaEnrique Santiago, secretario de Estado de Agenda 2030
"Ese escaño tiene que ser cubierto ya y eso no significa desprender del escaño a Alberto Rodríguez. Eso significa que si conseguimos en esta legislatura una sentencia a su favor, que sería lo normal en Derecho, será repuesto y la persona que haya tomado posesión se retirará de ese escaño. No tiene mayor problema, pero desde luego no podemos estar arriesgándonos constantemente a estar con 34 diputados", remachó Santiago en eldiario.es.
Y, en efecto, el silencio de la diputada electa Patricia Mesa es sospechoso justo cuando Rodríguez está tratando de recuperar su escaño por la vía judicial. El Tribunal Constitucional debe resolver aún dos recursos suyos. Él está convencido de que la pérdida de su asiento en la Cámara fue injusta y de que la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, prevaricó cuando se limitó a acatar la sentencia del Tribunal Supremo.
Más allá de que tanto Podemos como Alberto Rodríguez compartan que su fin en el hemiciclo fuera "injusto", en verdad el exdiputado canario terminó mal con su partido. Y así lo dejó entrever en una entrevista en Salvados, en la que encumbró a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, mientras que dejó en segundo plano a la actual cúpula morada justo 24 horas después de que la titular de Trabajo diera el pistoletazo de salida de su "frente amplio" en Valencia sin ningún peso pesado de Podemos.
¿Una plataforma por su cuenta?
Es más, Rodríguez dijo que Díaz sí le llamó para comentar su salida de la Carrera de San Jerónimo y que Irene Montero, por ejemplo, no lo hizo. Además, insinuó que Ione Belarra le había enviado algún mensaje, pero que no pudo atenderlo. Las fuentes moradas consultadas no ocultaron en privado su "sorpresa" por el tono de la entrevista que fue duro, además, con cómo funciona Podemos: aseguró que si hubiera tenido otro apellido, probablemente su futuro en el partido hubiera sido diferente.
Por eso, según ha sabido Vozpópuli, en la militancia morada hay runrún por si el canario termina organizando alguna plataforma por su cuenta o, incluso, siendo el enlace de Díaz en las islas. Por supuesto, Podemos niega la mayor y reitera que Rodríguez ha vuelto a su trabajo de operario industrial y tiene poca gana de politiqueo. Al menos por el momento. Los morados, por su parte, espera que corra ya el asunto porque la número cuatro, María del Cristo, creen que estaría dispuesta a coger las riendas del escaño vacío.