El prestigio de la Asamblea de Madrid bajó este viernes varios enteros tras la comparecencia de Francisco Granados, exconsejero de la Comunidad y ex secretario general del PP de Madrid, en la Comisión de Corrupción de la Cámara. El propio diputado de Podemos, Ramón Espinar, reconoció que Granados quiere montar un circo cada vez que se conectan con él en la cárcel.
Esta comisión tiene como objeto descubrir los presuntos casos que se produjeron durante las mayorías absolutas del PP. Se están conociendo algunas “pistas” sobre posibles irregularidades, o corruptelas, que se produjeron durante los mandatos de Esperanza Aguirre e Ignacio González, pero no se han hecho grandes revelaciones durante unos años en los que la mayoría absoluta imponía la imposibilidad de investigar.
Granados usa las comparecencias como medio para llamar la atención sobre su situación
Francisco Granados dijo que no quería hablar porque aún no sabe qué hace en la cárcel, no tiene a mano la documentación y además el juez no le ha tomado declaración después de año y medio en prisión. Y después de decir que no quería declarar, habló, aunque realmente no aclaró nada. Utiliza las comparecencias como medio para llamar la atención sobre su situación, que todo el mundo coincide en considerar al menos “irregular”.
Todos los grupos están de acuerdo en que la situación del preso es legal, pero no es normal que una persona lleve 16 meses en prisión sin saber de qué se le acusa, mientras las informaciones sobre sus ‘hazañas’, incluidas en el sumario, inundan las redacciones. Granados, preso en la cárcel de Estremera, fue calificado por el portavoz de Podemos, Ramón Espinar, de “rey del golferío” y “perejil de todas las salsas”, así como de “personaje de taberna”.
La presidenta de la Comisión, Dolores González (Ciudadanos), ni se inmutó. Luego, tarde como casi siempre, aceptó el amparo que le pedía el preso y pidió educación a los portavoces que escupían insultos verbales al reo. Hace unos días Granados agradeció y citó el nombre de periodistas que han criticado su situación. Este viernes llamó a la prensa “picadores de carne” y “esparcidores de basura”, así como de acosadores de personas mayores de ochenta años (su madre) en la puerta de su casa.
Hubo momentos en los que no se entendía nada de lo que decían unos y otros
El exconsejero se defendió de los insultos con argumentos del Partido Popular sobre Venezuela e insinuando que miembros de este partido viajan en avión en bussines o viven en casas de protección oficial a las que no tiene derecho. Había momentos en los que no se entendía absolutamente nada de lo que decían unos y otros como si se tratara de una de esas tertulias de la televisión en las que lo que importa es la bronca y nada más que la bronca, independientemente de lo que se hable.
Todos saben que Granados no va a decir, ni aclarar nada, hasta que no esté libre y con documentación en la mano, pero siguen pidiendo que comparezca. Parece que quieren convertir la comisión en un plató de televisión de máxima audiencia. El propio Ramón Espinar (Podemos) reconoció que Francisco Granados quiso convertir su comparecencia en la Asamblea en un circo. Hasta la fecha, con algunos altibajos, está consiguiendo sus propósito con el apoyo de Podemos y también de la propia presidenta de la Comisión, de Ciudadanos. El resto de protagonistas los portavoces de C's, PSOE y PP aún creen que esa casa no debe y puede ser un circo.