Podemos no ha cumplido un año de vida y ya tiene cinco eurodiputados, una intención de voto que rebasa el 20% y unas bases numerosísimas, con más de 250.000 simpatizantes repartidos en los círculos. Con tantos miles de militantes y tantos círculos territoriales, era inevitable que surgieran rencillas en ciertas localidades. Divisiones ideológicas, malos rollos, acusaciones de espionaje para otros partidos o recelo hacia simpatizantes con un turbio pasado en grupúsculos ultra. Cada círculo es un reinado de taifa donde unas veces coexisten bandos que entablan una lucha encarnizada entre sí y otras surgen propuestas que contradicen las directrices del Consejo Ciudadano, el órgano de dirección de Podemos.
Ante tal desmadre Pablo Iglesias quiere embridar la situación. Estos días se acaba de reunir la Comisión de Garantías constituida hace aproximadamente dos semanas –tras la constitución del Consejo Ciudadano- para abordar entre otras cuestiones las grietas territoriales. Así se lo confirman a este medio tanto fuentes de la dirección como personas de los propios círculos.
Se trata de la primera reunión formal de este órgano desde que nació la comisión. Garantías está formado por diez personas, muchas de ellas jóvenes y casi todas juristas de formación. Entre sus funciones está la de validar los círculos y arbitrar en los casos de conflictos internos. Y el arbitraje parece haber comenzado, porque Garantías se ha interesado por situaciones conflictivas que atraviesan algunos círculos.
Así, son varios círculos los que se habrían remitido a esta instancia superior, según ha sabido este medio. El lunes la mayoría desconocían si se había tomado alguna medida ante denuncias por casos de paracaidismo (personas que buscan colocarse y no muestran especial entusiasmo por los valores de Podemos), de malas prácticas (hay acusaciones en varios pueblos de comprar votos a cambio de trabajo) o de sospechas contra personajes con oscuro pasado: el portavoz de Podemos Lugo fue expulsado de la organización supuestamente por vínculos precedentes con la ultraderecha.
Cada círculo es un reino de taifa donde a veces coexisten bandos que entablan una lucha encarnizada
Fue el círculo lucense de Podemos el que precisamente emitió este comunicado tras consumar la expulsión de su portavoz, el pasado 7 de noviembre: “En ocasiones se acercan a las asambleas personas que no comparten la metodología democrática, que demuestran ambiciones personalistas o que simplemente consideran que Podemos es una oportunidad de alcanzar un puesto de poder”.
Luego hay círculos donde todo marcha sobre ruedas, y en otros solo aparentemente: de cara a la elección de portavoces locales algunos círculos (caso de Murcia) se han dividido en varios bandos, con imputaciones de todo tipo para la facción rival de las que Garantías ha tenido noticia. O círculos que plantean cosas contrarias a las directrices aprobadas vía primarias abiertas a nivel estatal. Por ejemplo, hay círculos en los que una mayoría expresa abiertamente su deseo de concurrir a las elecciones municipales sin converger con plataforma alguna. Y finalmente también hay quejas por asuntos menores, como irregularidades de poca monta o plazos insuficientes para presentar candidaturas locales.
Los motivos para acudir a Garantías son muy diferentes. Que Vozpópuli haya conocido, se han dirigido a la comisión hasta una veintena de círculos (seguramente muchos más). El contenido de la reunión de Garantías no ha trascendido aún, así que puede que en este primer encuentro se tracen líneas más generales y no revisar círculo por círculo. Son muchas asambleas (más de 1.000), demasiadas para ser atendidas individualmente.