Los socios de Podemos en Portugal, el Bloco de Esquerda, han expresado a la formación de Pablo Iglesias su visión del panorama español tras el 20-D, en el que creen necesaria la formación de un gobierno de izquierdas, a semejanza de lo ocurrido en su país, donde sellaron un acuerdo con los socialistas de Antonio Costa y el Partido Comunista para derrocar al conservador Pedro Passos Coelho. No obstante, al candidato del PSOE, Pedro Sánchez, todavía le haría falta el aval de los independentistas. El pasado fin de semana, Iglesias tuvo oportunidad de despachar al respecto con los líderes del Bloco de Esquerda en su desplazamiento a Lisboa para apoyar a Marisa Matias, la cabeza de cartel izquierdista a las presidenciales lusas, previstas para el 24 de enero.
Desde el Bloco de Esquerda, según las fuentes consultadas por Vozpópuli, ponen en valor su alianza con el PS de Costa y sostienen que otro Ejecutivo progresista en España haría "más fuertes" a ambos países ante los poderes de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). Es decir, podrían defender sus intereses de manera conjunta y con un peso mayor frente a las instituciones europeas. Las mismas fuentes afirman que el Bloco transmitió a Iglesias esta percepción en la visita que realizó el sábado a Lisboa, donde compartió mitin con la eurodiputada Matías, excompañera de bancada dentro del grupo de la Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica (GUE/NGL), también integrado por la coalición griega Syriza, en el Parlamento europeo.
El nuevo gobierno luso ha frenado de manera "temporal" las políticas de "empobrecimiento", destaca un dirigente del Bloco de Esquerda
El líder de Podemos se encontró así con esta reflexión del Bloque en una semana en que había experimentado cierto distanciamiento con el PSOE por el acuerdo que los socialistas de Pedro Sánchez alcanzaron con PP y Ciudadanos para la Mesa del Congreso: la presidencia para el PSOE y la mayoría del máximo órgano de gobierno del Parlamento para populares y C's. La indignación de Iglesias fue tal que deslizó entre los suyos que con actitudes socialistas de este tipo ve cada vez más cerca la repetición de elecciones. Asimismo, emplazó a su equipo a no fiarse ya de las palabras de Sánchez y su entorno, sino de los hechos.
En su intervención junto a Matias en el cine São Jorge, el secretario general de Podemos manifestó que "nos entristece ver cómo algunos están mucho más a gusto planteando que todo siga igual, planteando acuerdos entre PSOE y PP". En referencia expresa al candidato socialista, Iglesias recalcó que "Pedro Sánchez un día dice Portugal y cuando vuelve a España prefiere decir Alemania". "Por desgracia, en nuestro país tenemos un Partido Socialista que aplica líneas rojas y que funciona como una veleta. Unos días dicen una cosa y otros días dicen otra", criticó.
No fue Iglesias, sino Sánchez quien en el debate presupuestario del pasado agosto, definió entonces al hoy jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, como "el hombre de la troika en España". Desde la tribuna del Congreso, el jefe de la oposición dijo al presidente popular que era un "peligro" para la economía del país, el "principal riesgo", y que debía dejar el Gobierno para que "la recuperación sea justa". También en un acto de febrero de 2015 en el Círculo de Economía de Barcelona, Sánchez exigió "el fin de la troika y las políticas de austeridad" y abogó por sustituirlas por "una gobernanza democrática de la economía europea".
Contra la "hegemonía" de los populares europeos
En el Bloco de Esquerda, según las fuentes citadas, son conscientes de que su pacto con el PS está expuesto a futuras injerencias de la troika, pero dan por buenos las "conquistas" ya conseguidas y confían así en el viento favorable que traería otro gobierno de izquierdas en el país vecino. De este modo lo afirma João Camargo, dirigente del Bloco, en un artículo recién publicado por el diario afín Esquerda.net (tomado del magacín alternativo International Viewpoint). Este miembro del movimiento cívico 'Que se lixe a troika' (Que se fastidie la troika) señala que "las primeras semanas del nuevo gobierno portugués han permitido algunos avances importantes en cuestiones sociales, poniendo freno temporalmente a las políticas de empobrecimiento e incluso mejorando algunos aspectos". Sin embargo, continúa, la presión ejercida por la UE -esta vez no desde el Eurogrupo, sino a través del BCE y la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea- demuestra lo lejos que estamos todavía del final de los años de la troika".
En este sentido, Camargo admite que "la aceptación por el Partido Socialista de las dañinas políticas europeas seguirá poniendo de manifiesto las contradicciones entre la normativa europea, el bienestar social y la constitución portuguesa" y advierte de que "sin duda estas contradicciones provocarán, pronto o tarde, un choque de trenes con el acuerdo suscrito con la izquierda, con lo que los socialistas deberán afrontar la misma situación que el día después de las elecciones de octubre". Es aquí donde dirige la mirada hacia el escenario español y aguarda al entendimiento PSOE-Podemos: "Esperemos que antes de que esto ocurra veamos cambios importantes en España e Irlanda, donde las elecciones pueden acabar con la hegemonía del Partido Popular Europeo y los intereses del 1% que representan".
¿Quieres participar en la conversación?