El pulso político y económico entre el PSOE y Unidas Podemos se mantiene. La formación morada quiere a la vicepresidenta Nadia Calviño fuera de los trabajos para la reforma laboral, mientras que el PSOE demanda una representación de sus diferentes ministerios para negociar los cambios en materia de empleo.
Las posturas siguen muy alejadas. Y la reunión de casi dos horas que han mantenido este lunes los socios de coalición en el Congreso ha naufragado. Según ha sabido Vozpópuli, uno de los motivos principales de ese fracaso que amenaza la estabilidad del Gobierno es que Calviño ha intervenido desde la comisión delegada de Asuntos Económicos, que preside en La Moncloa. Calviño ha solicitado informes y estudios sobre las propuestas de la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Podemos cree que esa intervención está fuera de lugar. Y reclama un liderazgo indiscutible de Díaz en la "derogación de la reforma laboral".
Este diario ha podido saber por fuentes del entorno morado que durante la reunión en el Congreso el PSOE no ha querido hablar del fondo, es decir, del alcance de la reforma laboral, sino de los nombres que el equipo de Calviño quiere situar para coordinar los trabajos del Ministerio de Díaz. Para Podemos hablar de nombres sin contenido "carece de sentido".
Crisis en la coalición
PSOE y Podemos han sido incapaces de pactar un comunicado conjunto de su encuentro de este lunes. Cada partido ha hecho su propia lectura. Fuentes del PSOE han calificado la reunión de "constructiva y cordial". El partido morado, un poco más concreto, ha asegurado que la negociación tendrá que seguir porque "no hay consenso sobre la reforma laboral".
El problema entre el PSOE y Podemos es económico, pero también político, según reconocen diversas fuentes a este diario. Por un lado, Díaz tiene el compromiso de "derogar" la legislación laboral vigente, aprobada por el PP en 2012. El PSOE, por su parte, prefiere hablar de una actualización del marco de relaciones laborales, eliminando los "recortes de derechos" que atribuyen a la norma del Gobierno de Mariano Rajoy.
Calviño está en el centro de esta crisis. Podemos cree que la vicepresidenta primera no quiere "derogar" la reforma laboral. Y su intervención a través de la comisión delegada, según fuentes del Gobierno, ha recordado a lo que hacía Carmen Calvo con la ministra de Igualdad, Irene Montero, cuando chocaban por alguna ley.
Cuota PSOE en la reforma laboral
El PSOE, por su parte, cree que es normal que todos los ministerios afectados participen de este diálogo. En ese sentido, los socialistas quieren un cuota de carteras como Hacienda, Educación o Industria en la negociación laboral. Podemos sostiene que Díaz es la ministra de Trabajo y que le corresponde a ella esta reforma. Y cree que Calviño representa a los intereses de la patronal. La CEOE no es partidaria de derogar la actual normativa. Y confía en que cualquier modificación se alcance por acuerdo del diálogo social con los sindicatos.
Pero el problema no es solo económico. También es político. Díaz ya no es la segunda de Pablo Iglesias, sino la persona que está llamada a liderar, el "frente amplio", un espacio político alternativo a la izquierda del PSOE. Este factor, según explican a este diario, está siendo determinante para que el Calviño intervenga de manera tan directa.
Lo cierto es que Díaz se ha erigido en una líder política al alza que está haciendo sombra al liderazgo de Pedro Sánchez. Fuentes del Ejecutivo señalan que su ausencia del encuentro de este lunes obedece a que los líderes no se prestan a este tipo de reuniones. Es más, estas mismas fuentes apuntan que el futuro del acuerdo que se alcance en la coalición pasará por una cita a dos entre la propia Díaz y el presidente del Gobierno.
El caso de Alberto Rodríguez
La tensión entre los socios lleva disparada desde el pasado viernes. No solo porque ese día estalló la polémica por la reforma laboral, sino porque los morados anunciaron que se querellarían contra la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, por haberle retirado su acta de diputado a Alberto Rodríguez. Pese a que, finalmente, el exparlamentario no se querellará contra Batet y Podemos reculó y dijo que sería a "título personal", lo cierto es que el escarceo del escaño no ha ayudado a relajar el ambiente.
En la reunión del lunes en el Congreso han participado, por parte del PSOE, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra; y el portavoz en el Congreso, Héctor Gómez.
En cuanto a la delegación de Unidas Podemos, estaba compuesta por la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales; Ione Belarra; la ministra de Igualdad, Irene Montero; el portavoz en el Congreso, Pablo Echenique; el secretario de Estado para la Agenda 2030 y dirigente de IU, Enrique Santiago; el jefe de gabinete del Ministerio de Trabajo, Josep Vendrell, y el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez.