Los investigadores de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, curtidos tras una dilatada trayectoria en la lucha antiterrorista, aún asimilan la sorpresa que les ha supuesto la detención de un individuo en Pamplona acusado de delitos relacionados con el yihadismo. Y, más en concreto, la cantidad de material peligroso que se le ha intervenido: "Nunca había visto algo así", indican fuentes de la investigación a Vozpópuli, al mismo tiempo que enumeran la temática de los manuales de autocapacitación aprehendido. El detenido aspiraba a convertirse en mujahidin y ya había jurado fidelidad al nuevo líder del Estado Islámico, que recientemente ha tomado las riendas de la organización tras la muerte de su predecesor.
"El detenido es el ejemplo perfecto de llevar una doble vida", aseguran las mismas fuentes. Un individuo que, a priori, estaba plenamente integrado en la sociedad pamplonesa, pero que en su intimidad espoleaba su radicalismo yihadista hasta convertirse en un peligro para la seguridad nacional. Ni siquiera visitaba la mezquita para no levantar ningún tipo de sospecha.
Pero en el mundo virtual reunía todos los elementos críticos. Buceaba en redes y se introducía en los grupos más profundos de difusión de propaganda yihadista, hasta el punto de alcanzar los estamentos de las productoras oficiales del Daesh. Era tal su nivel de integración que ya había jurado lealtad al actual califa del grupo terrorista, Abu Hafs Al-hashimi Al-Qurashi, reconociendo con ello su pertenencia a la organización.
Y es principalmente en este punto donde radica el peligro del individuo: una vez jurada la lealtad al Daesh, sus miembros deben seguir las instrucciones que les dé el califa. El detenido en Pamplona estaba en contacto con combatientes yihadistas y aspiraba a trasladarse a Siria para unirse a sus filas. Pero ante la actual situación de inestabilidad de la organización, marcada por la reciente muerte de su anterior líder, surge la hipótesis de que Daesh busque un golpe de efecto para mostrar músculo, instando a sus seguidores a atentar allá donde se encuentren.
La operación policial
Para ello no hace falta grandes medios. Un cuchillo o un vehículo bastan para sembrar el terror en nombre de Daesh. Pero en el caso del detenido de Pamplona, además, había una cantidad abrumadora de manuales de autocapacitación, entre los que destacaban los informes para elaborar bombas -incluida la madre de Satán-, artefactos explosivos improvisados (IEDs) o venenos. "Aún estamos pendientes de analizar todo el material intervenido", aclaran las mismas fuentes de la investigación.
La operación, que se ha desarrollado de forma conjunta por la Comisaría General de Información y la Brigada Provincial de Información de Pamplona, ha contado con la colaboración de la Brigada Provincial de Información de Almería, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Direction Générale de la Surveillance du Territoire (DGST) de Marruecos y la agencia EUROPOL. Ha sido coordinada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y dirigida por el Juzgado Central de Instrucción número Uno.
"Durante la investigación, se detectó que operaba en distintas redes sociales, participando en gran cantidad de grupos de índole yihadista -detalla la Policía en un comunicado-. Entre ellos, el más representativo, era el denominado por el detenido como 'canal de todo', por ser un repositorio donde estaban al alcance miles de archivos elaborados por productoras oficiales de DAESH. Además, el detenido mantuvo diversos contactos a través de sus redes sociales con miembros de DAESH situados en zona de conflicto, con los que planeaba su incorporación como mujahidin".
En base a estos elementos, en la madrugada del pasado miércoles se puso en marcha el correspondiente dispositivo policial practicando, además de la detención del sujeto, un registro domiciliario. En la mañana del día de hoy, el arrestado ha sido puesto a disposición del Juzgado Central de Instrucción número uno, cuyo titular ha decretado su ingreso en prisión.
