La desmovilización del votante de centro derecha preocupa en Ciudadanos y el PP. Los dos partidos tratan de motivar a un electorado desilusionado por la victoria de la izquierda el 28-A. Y apelan a una participación alta para evitar que el PSOE tiña de rojo el mapa de España en las elecciones europeas, autonómicas y municipales del 26-M.
Las encuestas internas no son esperanzadoras para la derecha. Vox se desinfla, pero PP y Ciudadanos no están recogiendo el grueso de ese voto. Los partidos lo achacan, por un lado, al hartazgo de tantas elecciones seguidas y, por otro, a la frustración del 28-A.
Cómo se reparte la abstención
La victoria de Pedro Sánchez y la mayoría de izquierdas ha desinflado a un bloque social que parecía ultramovilizado. Los candidatos de PP y Ciudadanos están insistiendo mucho en la importancia de la participación, especialmente en la recta final de campaña. El mensaje es que los gobiernos se están jugando en un puñado de votos. Y que cada papeleta cuenta.
Un caso paradigmático es el de la Comunidad de Madrid, donde las tres fuerzas del centro derecha rozaron el 55%. Sin embargo, la suma de izquierdas está a un paso de desbancar al PP de la Comunidad, según los sondeos. Lo mismo ocurre en Aragón. El barón del PSOE Javier Lambán está en disposición de revalidar la Diputación General de Aragón, cuando parecía imposible hace unas semanas.
"Hay una luna de miel del votante de izquierda por el resultado de las generales, mientras que el nuestro está desmotivado por lo ocurrido. Lo ven imposible", dicen fuentes de Ciudadanos.
La incógnita de la participación hace impredecible el resultado del 26-M. Las mayorías dependerán de cómo se reparta la abstención y si afecta más a la derecha o la izquierda. El PP, que se pegó un batacazo el 28-A, no sabe si va a recuperar votantes o si estos seguirán en fuga a Ciudadanos y Vox.
En el partido naranja, por su parte, tienen comprobado que sus mejores resultados siempre han venido acompañados de participaciones altas. Así ocurrió en las autonómicas catalanas o el 28-A. Ciudadanos confía en movilizar a su electorado ante la posibilidad de liderar gobiernos y grandes ayuntamientos por primera vez.
El PSOE, también preocupado
La preocupación no es exclusiva de la derecha. El PSOE también teme que una baja participación perjudique sus expectativas el 26-M. Los socialistas aspiran a conservar Extremadura, Aragón y Castilla-La Mancha, y desbancar al PP en Madrid o Castilla y León.
Pero en el PSOE creen que el mensaje del miedo a Vox, que vertebró la campaña de las generales, ya no cala. Los electores salieron en masa el 28-A. Pero Ferraz considera que los 24 diputados de Santiago Abascal, que no cumplió las expectativas, han espantado buena parte de esos fantasmas.
Una de las razones de la derrota del PSOE en Andalucía fue precisamente la abstención de la izquierda. Y ahora temen que una desmovilización les pase factura en las europeas y en algunos municipios y comunidades, tal y como pasó en la comunidad andaluza.