La decisión que Podemos tomará sobre el futuro parlamentario de los diputados presos está sujeta a varios factores. Pero entre ellos destaca uno: el impacto que su postura pueda tener en el electorado catalán a menos de cuatro días de los comicios del 26 de mayo. El próximo domingo Ada Colau se juega repetir como alcaldesa y dos de sus ex lugartenientes, Jaume Asens y Gerardo Pisarello, que ahora han llegado al Congreso, han manifestado al grupo de Podemos su apuesta por que la Mesa de la Cámara Baja permita a los cuatro investigados por los hechos del 1-O seguir trabajando como parlamentarios. Desde la cúpula del partido morado, sin embargo, frenan e imponen cautela.
La sesión parlamentaria de acatamiento de la Constitución fue un gran escaparate para el independentismo. Oriol Junqueras, líder de ERC y en prisión preventiva por supuesta rebelión, sedición y malversación, acaparó todos los focos. Una mala noticia para Podemos, que el próximo domingo peleará con ERC ser la lista más votada en Barcelona, y que teme que la llama independentista vuelva a crecer y condiciones los últimos compases de la campaña.
Los sondeos dibujan un posible sorpasso de ERC a Colau en la ciudad condal. De manera que Podemos calcula al milímetro su posición sobre la votación en la Mesa del Congreso relativa al futuro de los diputados presos. No quiere perder votos de los electores independentistas, puesto que quedar segundos implicaría renunciar a la única alcaldía gobernada por una regidora “del cambio” y que se mantiene afín a Iglesias. Además porque Iglesias se ha involucrado a fondo en la campaña en esa ciudad, y el PSC también tiene aspiraciones a mejorar su peso municipal.
Malestar en el Supremo
Podemos recalca que es el Tribunal Supremo quien debe hacerse responsable del asunto de los diputados presos. Pero los morados también saben que en el alto tribunal hay mucho malestar ante la decisión de Meritxell Batet. Los magistrados consideran, de hecho, que la ley habla claro y que es la Mesa el organismo que tiene que impedir a Oriol Junqueras, Jordi Turull, Jordi Sánchez y Raül Romeva desempeñar el cargo de diputado.
A sabiendas de que el PSOE quiere retrasar el problema para después de los comicios del domingo, Podemos exhibe ambigüedad. Por un lado los miembros de la marca catalana de En Comú Podem ya han anunciado su posición a favor de los presos independentistas. Y que incluso se están elaborando informes para acabar votando en contra de la suspensión de estos diputados.
"Nuestra opinión es clara"
Pero al otro extremo se encuentra la cúpula del partido, que si bien recalca su respaldo a la vía legitimista (“tendremos que cumplir la ley, pero nuestra opinión es clara, si la ciudadanía les ha votado para ser diputados tienen derecho a serlo", dijo ayer Iglesias) mantiene de manera confidencial la cautela.
La cuestión es política y legal. En el grupo de Podemos hay cierto temor a que, si la decisión finalmente la toma la Mesa, los independentistas la recurran. Y que de ahí todo el organismo pueda ser investigado.
Pero en la Mesa Podemos tiene dos votos. Además de Pisarello, la otra integrante y vicepresidenta primera es Gloria Elizo, quien no ha hecho declaraciones. Solo han hablado Irene Montero y el propio Iglesias, difundiendo un mismo mensaje que mezcla la lógica legitimista y legalista. Pero con un enfoque más cauto hacia la condición de los políticos protagonistas del referéndum ilegal del 1 de octubre en Cataluña. Aunque recalcan, una vez más en plena sintonía con el PSOE, que lo debe decidir el Supremo.