Política

Alexandra López-Liz: “SCC debe centrarse en denunciar los abusos del nacionalismo”

En entrevista con 'Vozpópuli', la vicepresidenta de Sociedad Civil Catalana habla sobre el presente y el futuro de la organización 

  • La vicepresidenta de Sociedad Civil Catalana, Alexandra López-Liz

Esta abogada barcelonesa de cuarenta y un años decidió involucrarse en la vida pública con motivo de los sucesos del otoño del 2017. Es presidenta de la entidad Aixeca’t-Levántate y, entre sus méritos, se cuenta uno poco habitual: dice exactamente lo que piensa.

¿Cómo tenemos el patio en Societat Civil?

La nueva Junta recientemente designada es más numerosa, más plural, y, por lo tanto, más rica en matices. Está claro que eso supone una cierta dificultad para que todos los elementos implicados se sientan satisfechos, y eso lo convierte también en un reto mucho más apasionante. Hemos trazado un plan de actuación para reimpulsar a SCC convirtiéndola en una entidad más activa y cercana a todas las personas que defienden los valores constitucionales y democráticos en Cataluña.

No lo dudo, pero las declaraciones que realizó antes de vacaciones el presidente de SCC, Fernando Sánchez, se interpretaron como un guiño hacia eso que algunos denominan “catalanismo moderado”.

No es la función de SCC encontrar una posible vía de salida para los dos millones de separatistas ni entra dentro de sus capacidades como organización. Durante cuarenta años hemos vivido un sometimiento, e insisto mucho en el concepto, a las tesis nacionalistas que se han ido infiltrando en todas las capas de la sociedad catalana. Ahora algunos pretenden encontrar la síntesis sin haber sido capaces de elaborar antes la antítesis. Desde mi punto de vista, SCC debe centrarse en denunciar los abusos del nacionalismo, que aún a día de hoy vivimos. Esa ideología sigue actuando como un rodillo, por lo que debemos reforzar nuestra posición como entidad, trabajando como un agente activo en contra de un nacionalismo que nos ha llevado a la situación actual, atropellando los derechos y las libertades inherentes a todos los ciudadanos españoles que nos garantiza el vigente ordenamiento constitucional.

Le veo muy peleona.

Verá, no tengo por qué ir mendigando a nadie que me perdonen por haber nacido en Cataluña, sintiéndome española, como ocurre con la inmensa mayoría de catalanes. El tiempo del consentimiento ha finalizado y el de los falsos mitos acerca de un sol poble, también. Esta es mi posición, aunque por supuesto, en la junta de SCC, como le decía, existen numerosas sensibilidades, aunque personalmente considero que algunas están algo desubicadas al pretender encontrar soluciones al separatismo. No es nuestro cometido, insisto. Hay que saber dónde se está y cual debe ser nuestro lugar en el tablero de la ya de por sí compleja situación catalana. SCC no es un partido político.

Hay quien opina que SCC está amortizada después de las dos grandes manifestaciones que organizó en octubre del 2017 y que supusieron un antes y un después en Cataluña.

En SCC somos muy ambiciosos y ya le he comentado que hemos trazado un plan que abarca muchos aspectos que son atrayentes para quienes quieren que Cataluña sea algo más que una estelada. En septiembre, por ejemplo, tendrá lugar una jornada sobre Convivencia Lingüística en Cataluña. Participarán intelectuales de la talla de Arcadi Espada, Félix Ovejero, Sergio Vila-San Juan, Juan Claudio de Ramón o Martín Alonso, entre otros.

Pinta bien.

¡Y eso no es todo! (risas). Un proyecto clave para esta Junta es la puesta en marcha de la Plataforma de Afectados por el Procés. La presentación tendrá lugar el 21 de septiembre. Se trata de un acto de justicia que recogerá el daño personal, social y político que ha supuesto el drama del Procés para la inmensa mayoría de catalanes, que ha sufrido el separatismo a lo largo de estas décadas. Otro objetivo, y no menor, es, lógicamente, conectar con los simpatizantes, siendo así mucho más activos y atrayentes como entidad.

Habrá quien piense que ustedes hacen la guerra por su cuenta y no tienen presente el inmenso tejido asociativo que conforma eso que se ha venido a denominar la resistencia.

Para nada. La idea que tenemos en SCC es, justamente, trabajar con entidades afines para generar esa unidad tan necesaria en todos los órdenes. En el ámbito del constitucionalismo, y permítame que haga autocrítica, eso no ha sido siempre así, y es nuestra obligación, la de todos, reforzarla.

Me consta que una de sus responsabilidades en la Junta le es particularmente querida. Me refiero a la defensa de los derechos y libertades.

Efectivamente, uno de los proyectos que más me entusiasma en esta nueva etapa de SCC es la creación de la Oficina de Derechos y Libertades de la Ciudadanía, en la que aspiramos recoger y denunciar los atropellos y vulneraciones de derechos que padecen los catalanes bajo el yugo separatista.

¿Puede quitarse el ropaje de vicepresidenta de SCC y decirme como ve la situación actual en Cataluña?

Me pone en un compromiso, pero le responderé como hago siempre, desde mi sinceridad. Veo al bloque separatista muy unido, a pesar de la comedia que escenifican a diario con sus puyitas, sus agravios, sus ofensas. En lo que respecta al bloque constitucionalista, albergo esperanzas. La lógica y la razón acabarán por imponerse, como ha sucedido en otros lugares.

En esa esperanza quedamos, señora vicepresidenta.

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