Será una enseña distinta a la que se colgó durante el mandato de Manuela Carmena, confeccionada por aquellos madrileños y turistas que ataron lazos multicolores a una malla. La nueva bandera tiene 15 metros de largo por 3 metros de ancho.
Después de haberse utilizado en los dos últimos años, "está muy deteriorada" al tener "huecos en su trama debido a su peso y su exposición al aire libre". Esta bandera es más ligera "al estar microperforada, lo que permite un mejor anclaje para evitar el efecto vela".
Fue el propio alcalde, José Luis Martínez-Almeida, quien confirmó que el Ayuntamiento de Madrid colgaría esta bandera durante la celebración del Orgullo, cuya manifestación será el 6 de julio, y pidió "no politizar" ni "excluir".
Asimismo apuntó que el Consistorio "por supuesto" que va a cooperar como ha hecho a lo largo de todos estos años con la celebración del Orgullo LGTBI, pero que no les busquen "ni en la bronca, ni en el enfrentamiento ni en la división, ni en la politización".
Críticas de Vox y Hazte Oír
Sin embargo, ese mismo día Vox cargó contra la medida de colocar en Cibeles la bandera LGTBI con motivo de la celebración del Orgullo, pues consideran que es "un lobby que odia a todo el que no piensa como ellos".
Tampoco ha gustado la medida a Hazte Oír, que entregó 16.000 firmas al regidor para que no colgase la bandera ni se doblegara ante el "lobby gay". La portavoz del Gobierno municipal, Inmaculada Sanz, ha asegurado que la posición del Consistorio "es clara y nítida".
"Respeto a la celebración de una fiesta como es el Orgullo, que viene haciéndose muchos años, que aporta valor, y da la visión de un Madrid diverso en el que todos queremos convivir", ha indicado, para reiterar que se colocará la bandera arcoíris. "Tenemos muy claros nuestros principios", ha aseverado.