El presidente de la ANC, Jordi Sànchez, ha vaticinado que es muy probable que el Gobierno de Mariano Rajoy dinamite el lunes las instituciones de la Generalitat, y no descarta posibles movilizaciones y "nuevos paros masivos" en Cataluña.
En una carta enviada a los militantes de la entidad, a la que ha tenido acceso Europa Press, ha avisado de que este lunes será determinante porque será el día en el que la Audiencia Nacional decidirá cómo proceder sobre las denuncias por sedición contra su persona; el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart; el mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, y la intendente de Mossos Teresa Laplana.
"Tengo la sensación de que estamos siendo utilizando como rehenes por parte de la Fiscalía y otras altas instancias españolas. También el lunes el Gobierno Rajoy decidirá con mucha probabilidad dinamitar las instituciones de la Generaliat para ponerlas bajo su control", ha advertido.
"No hay marcha atrás en la determinación de construir un nuevo Estado independiente en forma de República"
Según Sànchez, pase lo que pase, ha emplazado a los militantes a mantener la cadena de confianza porque "no hay marcha atrás en la determinación de construir un nuevo Estado independiente en forma de República".
También aboga por mantener siempre una respuesta no violenta y pacífica "ante la más que probable actitud represiva y violenta de las fuerzas policiales", alegando que desde el Estado necesitan un relato violento para justificar sus decisiones y represión.
Sin renunciar a la República
En su opinión, la mano tendida al diálogo del Govern es absoluta y honesta, pero "en ningún caso esconde ninguna renuncia a la proclamación de la República, ni mucho menos se puede interpretar como una vía al reformismo constitucional", y ha llamado a no desconfiar de los que han representado hasta ahora a los independentistas.
"El horizonte que se intuye es una reacción antidemocrática del Gobierno"
Tras asegurar que el Govern ha asumido el mandato del 1-O y ha diseñado una estrategia ganadora, ha argumentado que se ha ofrecido diálogo al Ejecutivo central para hacer "más transitables estos últimos pasos hacia la República, aunque el horizonte que se intuye es una reacción antidemocrática del Gobierno".
Cree que la decisión de dar una oportunidad al diálogo fue una apuesta arriesgada pero honesta, aunque ha admitido que nadie sabe si éste llegará a buen puerto, pero que era necesario intentarlo como piden los actores internacionales "que en estos momentos intentan abrir canales de comunicaciones" entre ambos gobiernos.