Arranca hoy mismo la fase decisiva hacia el Congreso del día 21 que habrá de elegir al sucesor de Mariano Rajoy. Quince días por delante, un nuevo esfuerzo que, a alguno de los postulantes se les hace cuesta arriba. El proceso será ahora bien distinto, más selectivo. Se trata tan sólo de convencer a los compromisarios 'huérfanos', es decir, los seguidores de los aspirantes que han caido en el primer corte.
Hasta ocho actos al día realizó Pablo Casado en esta primera fase. Dolores Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría hicieron una media de seis. Será ahora distinto. No hay que llegar a todas las provincias de España, ni parearse todas las comunidades. Casi 20.000 kilómetros recorrió el equipo de Casado en esta primera fase. Quince mil cumplieron Cospedal y Santamaría algo similar. Ahora se tratará de dirigirse a núcleos concretos. Cada postulante focalizará sus esfuerzos en los territorios más 'hostiles'. Es muy difícil que un compromisario cambie de criterio en estos próximos días. Todos saben a quién tienen que votar, pero siempre puede haber sorpresas.
"No todos los compromisarios tienen dueño, los que se han quedado si líder pueden necesitar algún tipo de impulso, de ayuda para aclarar sus ideas", recuerdan en el entorno de Cospedal antes de conocerse el resultado de primera criba.
En Génova se animaba a una candidatura de unidad para llegar al Congreso con una apuesta sólida y firme, sin rastro de pugnas ni divisiones. Esa era la teoría, con la que no todo el mundo comulga. "El ganador irá a por todas, a por el voto del tercero y el cuarto. Se presentará como el voto útil", decía esta fuente horas antes de la votación.