Un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciase su intención de que el país funcione con normalidad el 12 de abril, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, aseguró que "lo último que necesitan" ahora los países es reabrir escuelas y negocios tras haberlas cerrado por la pandemia de coronavirus.
En España, más de diez millones de alumnos y alumnas seguirán presumiblemente sin acudir a su centro educativo después del 11 de abril, fecha en la que, en principio, termina la cuarentena. El Ministerio de Educación descarta que el curso se dé por perdido por el coronavirus. La titular de la cartera, Isabel Celaá, afirma que los hogares se han convertido en "aulas virtuales" y los padres "en ayudantes de la educación de sus hijos".
Sin embargo, las "aulas virtuales" mencionadas por Celaá han puesto de manifiesto ciertas desigualdades educativas en el país y, sobre todo, entre las distintas familias. No todas tienen el mismo número de dispositivos en casa ni las mismas facilidades para acceder a Internet ni el mismo tiempo para ayudar a sus hijos.
"Todos estamos haciendo un sacrificio enorme, pero algunas familias que por motivos socioeconómicos no tienen acceso a Internet a gran velocidad y lo que tenían contratado en casa, con varios miembros teletrabajando, se queda corto. Algunos padres comparten mismo ordenador con sus hijos", advierte Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA).
Las familias se quejan del exceso de tareas
"La gente de algunas zonas rurales también tienen dificultades para conectarse. Mientras que algunas comunidades autónomas las tareas son obligatorias y cuentan para nota, en otras no", explica. Cardenal considera que la cantidad de deberes que se están mandando es excesiva. Desde CEAPA reclaman ayudas sociales y laborales para facilitar a las familias la conciliación.
Por otro lado, comenta, en la situación actual de pandemia y confinamiento quizá se debería atender más a las necesidades emocionales que puedan tener los niños. "Al igual que los adultos, ellos también se están adaptando y no rinden igual", opina.
Ramón Izquierdo, secretario estatal de acción sindical de ANPE, reconoce que, en un principio, se pudieron enviar muchos deberes, pero la situación se estaría corrigiendo. "La voluntad por parte de todos es patente. Los docentes y las plataformas digitales de las distintas consejerías nos estamos reajustando a la situación", asegura.
"Más que aulas virtuales como tal, lo que existe es trabajo a distancia. Por lo general, todas las familias disponen de algún dispositivo con Internet ni todos pueden conectarse a la vez para dar una clase online. Los alumnos mandan los deberes a través del ordenador y, en algunos casos, también lo hacen mediante algún teléfono móvil. Algunos tienen ordenador y tablets y otros solo tienen el móvil de sus padres", señala Izquierdo.
Instrucciones para identificar casos
Por otro lado, explica, los profesores están coordinando las actividades para después dar traslado a los equipos de dirección. Estos, a su vez, están en contacto con la Inspección educativa, que comprueba la programación de cada centro. "Los inspectores ahora mismo son el enlace entre los centros y las distintas consejerías", dice el representante de ANPE.
Como respuesta a la brecha digital, la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha dado órdenes a todos los consejeros de las comunidades autónomas para que "identifiquen" a estos alumnos que no están respondiendo a las instrucciones de sus profesores y tomar medidas para encaminarles en el proceso de aprendizaje mientras dura el confinamiento.
Según los datos manejados por su departamento, el porcentaje de los alumnos que "por circunstancias de distinta naturaleza" no se están conectando con el profesorado a distancia ni participan en aprendizaje online se sitúa en entre el 10% y 12%.
La ministra ha agradecido a los docentes el trabajo que están haciendo por hacer llegar sus lecciones a través de Internet y también el esfuerzo de las familias. En una entrevista en Onda Cero este jueves, Celaá recordó además que RTVE emite el programa educativo Aprendemos en Casa durante cinco horas: tres de ellas en Clan, para edades comprendidas entre los 6 y los 12 años y, otras dos horas en La 2 para alumnos/as de 12 a 16 años.