“En las últimas horas se ha cerrado un acuerdo”. Hace una semana, Albert Rivera anunció de este modo ante la prensa que su partido y el Gobierno habían llegado a un entendimiento para desarrollar una de las medidas de regeneración democrática más importantes del pacto de investidura PP-Ciudadanos: reformar los organismos reguladores -CNMV, CNMC y Banco de España- para garantizar su independencia y mejorar la protección del consumidor. La formación naranja y el Ministerio de Economía llevaban semanas negociando -Rivera anunció un acuerdo “inminente” ya el 9 de enero- y el acuerdo se fraguó el fin de semana pasado. O eso creyó C’s.
Moncloa no hizo mención alguna al respecto y el viernes, tras la reunión semanal del Consejo de Ministros, Íñigo Méndez de Vigo fue preguntado por la cuestión. El portavoz del Gobierno dijo haber “leído” las declaraciones de Rivera, pero rebajó mucho la trascendencia de un tema del que Ciudadanos quiere hacer bandera. “No creo que haya un acuerdo cerrado sobre nada”, llegó a indicar Méndez de Vigo, que enmarcó la reforma de los reguladores en el conjunto de “las negociaciones o los diálogos que existen entre ministerios y los partidos de la oposición” sobre multitud de ámbitos.
Negociaciones que según el Ejecutivo “tienen generalmente un cierto recorrido” y por eso “no es bueno a mitad de la carrera intentar decir qué es lo que va a pasar o qué es lo que no va a pasar”. “Se está hablando en este como en otros muchos aspectos” porque Moncloa trata de sacar adelante los Presupuestos de 2017 y todas esas “cuestiones" tienen “relevancia” en las cuentas públicas. Méndez de Vigo concluyó su declaración llamando a la responsabilidad de la oposición para aprobar el Presupuesto “y no tener que estar en la prórroga” de los de 2016.
Moncloa no quiere lanzar ninguna medida sin el apoyo del PSOE para no arriesgarse a recibir un portazo en el Parlamento
Las declaraciones no sentaron bien a Ciudadanos, que ya daba por hecho el pacto y ponía el foco en el PSOE, a quien Rivera pidió el lunes que “no obstaculice” la reforma de los reguladores. El portavoz del Gobierno echó agua al vino y motivó una queja del responsable económico naranja, Luis Garicano, al ministro del ramo, Luis de Guindos.
Garicano, que ha liderado la negociación de la propuesta junto a De Guindos, “expresó su sorpresa por las declaraciones del portavoz del Gobierno tras el Consejo de Ministros” y pidió explicaciones, informan desde Ciudadanos. El titular de Economía tranquilizó a su interlocutor y el partido naranja dio por “confirmado” el pacto “sobre la despolitización e independencia de los organismos regulatorios”. Además, aseguró que Guindos ya lo había hecho personal y “oficialmente” ante “los medios en Bruselas”. Y, en efecto, el ministro indicó que "tenemos más o menos un acuerdo" y que no esperaba "muchas dificultades" para que se sumaran los socialistas: "Hemos hablado con ellos"
A la espera del PSOE
Eso ocurrió la tarde del viernes, al tiempo que fuentes de Moncloa señalaban que el acuerdo con Ciudadanos está ultimado, pero eso no implica su puesta en marcha inmediata “porque no puede ser aprobada solo con los votos” de los diputados del PP y los de Rivera. Se necesita el apoyo de un PSOE con el que el Ministerio de Economía lleva también tiempo negociando el asunto, que incluiría un cambio en el método de elección de los consejeros de los órganos afectados, la división en dos de la CNMC o la implantación de garantías para proteger al consumidor y evitar que en el futuro puedan surgir casos como el de las cláusulas suelo.
Ocurre que el PSOE está enfrascado en su proceso congresual, con la gestora obligada a mantener la neutralidad -o al menos aparentarlo- y teniendo muy complicada la articulación de cualquier acuerdo con el PP o con el Gobierno. Los pactos para aprobar el techo de gasto, los objetivos de déficit y el plan contra la pobreza energética son difícilmente reeditables ahora que Pedro Sánchez y su ‘no es no’ están oficialmente en la carrera por la secretaria general del partido y que Patxi López ha hecho lo mismo, con un discurso también crítico con la abstención en la investidura de Rajoy.
El Ejecutivo no quiere lanzar ninguna reforma sin el apoyo del PSOE -porque se arriesgaría a un más que probable portazo del Parlamento- y Ferraz no puede negociar nada sin dar argumentos a los contrarios a cualquier entendimiento con el PP. De ahí que Méndez de Vigo vea que “no hay nada cerrado” en el mismo punto donde Ciudadanos advierte un “acuerdo” total. Discrepancias que irritan a la cúpula naranja pero que están llamadas a mantenerse al menos hasta que el PSOE salga de la interinidad.