Albert Rivera ha delegado en Inés Arrimadas el papel de 'poli malo' en la campaña para las elecciones generales del 28-A. El candidato de Ciudadanos a la presidencia se encarga de las propuestas para España siempre en positivo, mientras que Arrimadas centraliza los ataques al Gobierno de Pedro Sánchez y al PP de Pablo Casado.
La dirección del partido naranja está satisfecha de esta estrategia de 'poli bueno'/'poli malo'. A Rivera le ha permitido templar el discurso y centrarse sólo en medidas de Gobierno. Mientras que Arrimadas, dicen, puede sostener las andanadas contra Sánchez o Casado sin que se resienta su imagen.
Desde hace varios días, todas las declaraciones de Rivera en sus actos de campaña tienen que ver con propuestas de apoyo a las familias, autónomos o la inclusión de una asignatura de Constitución en la escuela. Son mensajes siempre en positivo con los que el líder naranja quiere subrayar que tiene un proyecto para España.
Tropiezos de Casado
Arrimadas, por su parte, ha tomado la línea dura. Y se está encargando del discurso más contundente contra sus rivales. La líder de Ciudadanos en Cataluña ha estado especialmente combativa en los debates o mitines en los que ha participado, dejando el carril de las propuestas a Rivera.
Tanto Rivera como Arrimadas han estado viajando por toda España en caravanas paralelas durante esta precampaña. Y en la pegada de carteles del jueves por la noche, por ejemplo, estarán en Madrid y Barcelona, pero será Arrimadas y no Rivera la encargada de hacer las declaraciones a los medios que luego se verán y escucharán en los informativos de radio y televisión.
La estrategia de Ciudadanos está encontrando en los continuos tropiezos de Casado su mejor aliado. El partido naranja insistirá en su censura al 'sanchismo', pero no va a entrar a una competición con Vox como sí está haciendo el PP. Rivera ha optado por ignorar al partido de Santiago de Abascal, del que sólo habla cuando le preguntan en las entrevistas.
Después de un arranque titubeante y con muchos sobresaltos, en Ciudadanos están convencidos de que su campaña va de menos a más. Y a diferencia de las generales del 2015 y el 2016, sus expectativas en las encuestas no son tan altas.
La horquilla naranja se mueve entre el 13,6% del CIS y el 17%-18% en el mejor de los sondeos. Ciudadanos cree que hay margen para seguir creciendo.
Carrera Rivera-Casado
Otra novedad de la campaña es que Rivera ha optado por desvelar las cartas de los pactos mucho antes de ir a las urnas. Ciudadanos ha tendido la mano al PP para formar un Gobierno de coalición si los resultados del 28-A lo permiten.
El partido cree que el mensaje ha sido bien recibido en general. Y confía en que siga cuajando la letra pequeña de esa oferta. Rivera plantea que sean los españoles los que elijan entre él o Casado para encabezar ese futuro Ejecutivo.
El cara a cara Rivera-Casado es la invitación a que el electorado se incline hacia Ciudadanos como fuerza mayoritaria del centro-derecha. Hasta ahora, la formación naranja sólo ha superado al PP en Cataluña, donde le barrió literalmente el pasado 21-D.
En Andalucía, Ciudadanos se quedó a poco más de dos puntos y 85.000 votos de superar a los populares.