ANC, Omnium y familiares de los líderes del 'procés' preparan concentraciones de bienvenida a los presos. Este miércoles será la primera manifestación frente a las cárceles respectivas. El independentismo se despereza. Planea una campaña estival de solidaridad con los presos y para forzar su libertad. "No somos carceleros", se lee en las redes. "Los queremos en casa, no cerca de casa", insisten. Una muletilla que incluso ha hecho suya algún alto cargo de la Generalitat. Elsa Artadi, la portavoz del Govern, repetía letra por letra este eslogan, que pretende convertirse en un clamor los próximos días.
Los dirigentes del 'procés' llegan este miércoles a las cárceles catalanas. Los varones a Lledoners (Barcelona) y las mujeres a Puig de les Bases en Figueras (Gerona). Una situación de alivio para sus familias, de cierto respiro para los dirigentes políticos, pero que entraña alguna paradoja. Así, Quim Torra considera que se trata de "una situación perversa" el hecho de que los considerados 'mártires' de la república estén en prisiones catalanas. "Me produce una angustia profunda", añadía el presidente de la Generalitat.
Grupúsculos del separatismo más radical, como Arran o los CDR, promueven en las redes los anuncios de inmediatas acciones en cuanto los presos pongan el pié en celdas catalanas. Serán peregrinaciones pacíficas, una especie de romerías festivas, ya que las competencias penitenciarias están transferidas y son los Mossos los encargados de vigilar los centros.
"Los presos deben ser liberados, han de estar en la calle", insistía Elsa Artadi en su comparecencia de este martes. El soberanismo más moderado valora en positivo este 'gesto' de Pedro Sánchez previo al encuentro del próximo día 9. Las conversaciones privadas entre Moncloa y la Generalitat van en esta línea. El secesionismo más vehemente intentará aprovechar el retorno de sus dirigentes para hacer ruido, despertar de su largo sesteo e incluso reivindicar este movimiento carcelero como un éxito. L