El nuevo PP forma un bloque sólido. Pablo Casado ha diseñado un equipo de gente joven y muy leal al frente del aparato de Génova. El primer reto frontal será el tránsito por el Supremo del 'caso máster', un escenario que inquieta seriamente al nuevo presidente de los populares.
Casado ha recorrido este verano media España para encontrarse con su militancia y sus dirigentes locales y regionales. Preparaba los equipos que habrán de medirse en las importantes citas electorales del próximo mayo. Al tiempo, despejaba inquietudes sobre lo que puede pasar en el frente judicial. "Casado cuenta con la mayor parte de los líderes de provincias", señala uno de sus colaboradores más estrechos.
Tras la renuncia de Soraya Sáenz de Santamaría, aún quedan residuos 'cospedalistas' que no terminaron de sumarse abiertamente a la nueva dirección. Hay elementos singulares como el de Cantabria, donde se mantiene un núcleo resistente en torno a María José Sáenz de Buruaga. También hay dudas en la Comunidad Valenciana, aunque Isabel Bonig se ha alineado finalmente al equipo 'pablista'. Son islotes esporádicos. "Hasta Maíllo se ha transformado en un estusiasta de la causa", mencionan en Génova.
Teo García, el 'número dos' de Casado, y Javier Maroto movilizan las redes provinciales en torno al nuevo presidente. Despejan dudas, aventan inquietudes. Pablo Casado se emplea a fondo para explicarle a su gente la verdad del 'máster', un asunto que, según comentan en Génova, no existiría de no ser por la intrucción disparatada de una juez de la plaza de Castilla.
El silencio de Feijóo
Nadie duda de que la Sala II del Supremo, sobre la que llueven críticas desde los partidos que apoyan al PSOE, solventará este caso sin mayores estridencias. "El problema se centra en lo que ocurra una vez citen a declarar a Pablo en calidad de imputado", señala esa fuente. No se plantea dimitir, ni tendrá que hacerlo ya que los estatutos del PP no lo exigen. Al menos hasta que haya un juicio oral, posibilidad que se descarta de plano.
"Hay que aguantar la embestida en el caso de que sea investigado", señalan. Serán días complicados, porque la embestida del Gobierno y sus aliados va a ser tremenda. "Pedro Sánchez nombró ministro de Agricultura a un imputado y nadie decía nada, en especial esos medios que ahora nos gritan tanto", añaden. En Génova consideran que, a pesar de las turbulencias, no hay riesgo de mayores convulsiones. El liderazgo de Casado está bien asentado y cuenta con el respaldo de Cospedal y, teóricamente, de Núñez Feijóo, que ha vuelto a su fase silenciosa, tan habitual.