El PP pisa el acelerador para su Convención Nacional, que se celebrará entre los días 18 al 21 de enero en Madrid. No habrá políticos en la tribuna de oradores, sólo miembros de la 'sociedad civil', como catedráticos, economistas, periodistas, politólogos... Será el punto de partida de los populares de cara a las elecciones de mayo. Estilo americano, tal y como subraya el propio Pablo Casado, quien pretende romper con el formato tradicional de estas sesiones, "que al final decimos lo mismo de siempre a los mismos de siempre", según una fuente de la Ejecutiva.
Javier Fernández-Lasquetty, recién 'fichado' como jefe de Gabinete del presidente, trabaja estos días para dar un impulso a este cónclave, que está dirigido por Adolfo Suárez, titular de la fundación Concordia, y coordinado por Alberto Núñez Feijóo. Pretende Casado que esta reunión se convierta en un punto de partida de la renovación ideológica del partido, una especie de refundación programática de los populares.
Casado tiene enormes esperanzas en este encuentro, tal y como comentó en la copa navideña celebrada este lunes en la sede de Génova. Lasquetty aparece como factor fundamental de los trabajos. Para ello se ha incorporado también Isabel Benjumea, impulsora de la Red Floridablanca, un grupo de jóvenes liberales que en su día se mostró muy activo y beligerante con la línea de Mariano Rajoy.
La dirección espera que asistan tanto José María Aznar y Mariano Rajoy, a quien se les ofrecerá la posibilidad de que se dirijan a los afiliados, aunque tal extremo está aún sin confirmar. Aznar está mucho más presente en la actividad del partido desde la llegada de Casado a la cúpula. Envía mensajes y se intercambias opiniones. Rajoy, quien almorzó en secreto con su sucesor hace unas semanas, está mucho más alejado de la primera línea de la política.
El 'bloque del cambio'
Habrá más incorporaciones en los próximos días al 'núcleo duro' del PP, donde ya trabajan, en forma externa, gente como Carlos Aragonés, quien fuera, como Casado,jefe de Gabinete del propio Aznar. Trasladar el escenario de las elecciones andaluzas al resto de España es uno de los objetivos del equipo del 'nuevo PP', donde se confía en que el defenestre a PSOE y Podemos de algunos de los gobiernos regionales y locales que ahora controlan.
La batalla de Madrid es clave entre los objetivos del PP. Casado ha anunciado que no se desvelará el nombre de los candidatos hasta las vísperas de la Convención, al igual que ocurrirá en Valencia, donde todavía no hay un cabeza de cartel decidido para la alcaldía.
Las encuestas del lunes han elevado el ánimo del PP, donde se da por hecho que el posible 'sorpasso' de Ciudadanos parece haberse superado, según avanzan las mencionadas encuestas. El temor entre los populares es que el crecimiento, al parecer imparable, de Vox, pueda actuar en su contra, en especial en lo que hace al reparto de los restos.
El calendario de las generales que se maneja en Génova es de incertidumbre. "Los barones quieren en marzo, Ferraz el súperdomingo de mayo y Sánchez quiere aguantar hasta diciembre", señalan estas fuentes que consideran que al final se hará lo que decida Moncloa, como es habitual. "Sanchez quiere aguantar hasta el final", añaden.