Pablo Casado presentó su proyecto de libertad para España con un empeño bifronte: acaparar el centrismo u frenar la irrupción de Vox. "Este es el PP verdadero". Nadie ha hablado aquí de derechización durante el cónclave de los Populares celebrado este fin de semanas en Madrid, según dicen en la cúpula popular. Asunto del pasado.
Es un debate falsario, dicen estas fuentes, inventado desde la izquierda para agitar supuestas divisiones internas que no existen. Javier Maroto ha sido el encargado de aplacar las dudas latentes que han animado en las últimas fechas algunos barones del partido. Allí estaba cada mañana, el primero en llegar a Ifema, el primero en atender a la prensa, en dispersar dudas, en afirmar doctrina. Siempre fiel a su estilo severo y adusto. La ley de Violencia de Género fue el detonante. Y el pacto con Vox, el marco de la disputa. El riesgo de giro a la derecha se ha anulado, aseguran contundentes. Ha nacido "el PP verdadero".
Rajoy el viernes y Aznar el sábado, 'las dos almas contrapuestas', acudieron a bendecir la nueva etapa. El primero, con escaso entusiasmo, pródigo en consejos y autoalabanzas. El segundo, empeñado en señalar el camino. El voto de la grada, el domingo, se inclinó fervorosamente por el primero.
Casado trazó en su discurso de cierre del encuentro un perfil de 'amplio espectro', como diría Núñez Feijóo. quien sigue a la espera. Un discurso basado en la defensa de la libertad, lema del encuentro.No tenemos vocación de minoría indomable, sino de mayoría imbatible, fueron sus palabras. "Con el PP habrá menos poder, menos intervención y más libertad. No somos radicales en nada pero vamos a luchar enserio por ella". Centrismo liberal combinado con un gran poso de contundente aznarismo para recuperar a Vox, los fugados del PP que han de volver a casa. Esa es la clave de los próximos embates electorales. Recuperar a los que se han ido, casi el 40 por ciento de los votantes. Y se siguen yendo. Hacia el partido de Abascal, fundamentalmente.
La izquierda sale demasiado cara, "impuestos, déficit, deuda, deterioro institucional, constitucional". Casado ofrece acabar con "la superioridad moral del la izquierda para ofrecer mucha más sociedad y mucho mejor gobierno. Porque sociedad significa bienestar". Y enumeró su decálogo de actuaciones con el que pretende llegar a la Moncloa. Desde el 155 a la inmigración regulada, desde la defensa de la vida a la educación sin adoctrinamientos ideológicos, desde la revolución fiscal a la la despolitación de la Justicia. Es decir, darle a la política un giro drástico y posible porque "España no tiene un problema con su sistema político, tiene un problema con su izquierda política".
Los barones contentos
El PP busca afanosamente blindar su condición de líder del ámbito del centroderecha frente a Ciudadanos y a Vox. En la dirección nacional están convencidos de que gran parte del discurso de su presidente lo puede compartir Ciudadanos sin problema alguno y otra parte lo podría asumir Vox. "Nosotros hemos gobernando, no venimos de la nada, no hemos nacido en las tertulias ni nos dedicamos a dar gritos contra ésto y aquello", apuntan estas fuentes.
Todos los barones salen contentos, de acuerdo con estas versiones de la cúpula del partido. Feijóo ha gozado de un enorme protagonismo en las jornadas, en especial en la del viernes, en la apertura de la Convención. No se fían de él un pelo, como tampoco los militantes y candidatos gallegos (160) llegados a Madrid se mostraban unánimemente entusiasmados con Casado. "Siempre ha sido así, Feijóo tiene todo el poder en Galicia y su gente no es de Aznar, ni de Rajoy ni ahora lo será de Casado, aunque disimula muy bien, son de Feijóo y punto", comenta un diputado madrileño del 'nuevo PP'. Rajoy,en ausencia, recibió al cierre de las sesiones una ovación estruendosa, mucho más potente que la estrictamente cortés dedicada a Aznar, presente en la sala con gesto desabrido e inhóspito.
La batalla del centro
Hacerse con el control del centro, conservar la llave de la centralidad es el hombre del juego. Y el PP cree que en este terreno parte con ventaja. "Hemos demostrado durante años cuál es nuestro sitio. Además, entre ellos no se hablan, Ciudadanos y Vox se repelen, no se soportan, son incapaces de sentarse a negociar nada ,como se ha visto en Andalucía". En palabras de Casado, "son incapaces de encontrarse, quieren ser grandes pero hacen política pequeña".
Incluso la crisis de Podemos les favorece, según su criterio, porque le obliga al PSOE a girar hacia la izquierda, para acaparar ese espacio, lo que le impulsará a Rivera a tender también hacia esa zona electoral", comentan estas fuentes. La salida ·al actual bloqueo de la política pasa por nosotros, entre una izquierda declinante y un centroderecha sin diálogo entre sus polos".
Casado confía en que tras la Convención, empiecen a advertirse los efectos beneficiosos del 'reagrupamiento' de electores, de retorno a la 'casa madre', más que a la 'casa común'. De no ser así, siempre habrá la posibilidad de intentar el pacto a la andaluza, aunque desconfían de Ciudadanos, que ya prepara acuerdos con el PSOE en algunas comunidades, de acuerdo con lo comentado en el cónclave de los Populares.