Con la posible salida al desbloqueo institucional pasando por PP y PSOE, Ciudadanos quiere jugar su papel en cuanto se ponga en marcha la legislatura, si finalmente lo permite una abstención de los socialistas. Desde el partido de Albert Rivera, según fuentes parlamentarias, defienden que “no se puede poner en el mismo plano” la negociación de la investidura con la de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el año 2017, cuentas que ya debían haber sido presentadas en las Cortes.   

Estos días, antes de que Mariano Rajoy rebajara este jueves la tensión, se había extendido en la opinión pública la pretensión de los populares de condicionar una eventual investidura, que evite las terceras elecciones generales, a que el PSOE no sólo se abstenga sino que también apoye los Presupuestos de 2017 que ya no verían la luz en lo que queda de año, sino en los primeros meses del ejercicio entrante, como ocurrió a finales de marzo de 2012 tras la llegada del PP al poder después del zapaterismo.

Fuentes parlamentarias de C's afirman que “no se puede poner en el mismo plano” la negociación de la investidura con la relativa a los PGE

Incluso se ha especulado con que Moncloa también estaría barajando exigir a los socialistas el compromiso de respaldar las cuentas de 2018 para garantizarse así la gobernabilidad hasta ese año y no tener que verse abocado a otras elecciones a las primeras de cambio. Precisamente, Bruselas ha concedido a España dos años adicionales, hasta 2018, para reducir su déficit por debajo del máximo del 3%, a cambio de un ajuste de más de 10.000 millones de euros.

No obstante, respecto a los Presupuestos de 2017, el jefe del Ejecutivo en funciones manifestó este jueves que si hubiera una abstención del PSOE ya sería suficiente, al tiempo que recalcó que ahora no es el momento de abordar este asunto. “Lo urgente es formar gobierno y luego ya hablaremos de los Presupuestos y de todo lo demás”, destacó Rajoy, apelando a la necesidad de cumplir con la Unión Europea.

La postura de Ciudadanos, apuntan dichas fuentes de la formación naranja, es que “el PSOE no puede plegarse al PP y asumir esas cuentas”. De este modo, avanzan que la formación centrista tampoco va a consentir “imposiciones” de los populares y deslizan que harán presión junto a los socialistas para tener unos Presupuestos que “cumplan con la senda de estabilidad sin más recortes en políticas sociales”. Una manera de controlar al PP, obligándole a relajar ajustes en las áreas más sensibles, y un movimiento táctico para no quedar fuera de juego en la correlación de fuerzas que marque el rumbo de la legislatura.

No hubo "acuerdo global"

Así mismo, tales fuentes parlamentarias insisten en que nunca vincularon la negociación de Presupuestos al pacto de investidura sellado con los populares el pasado agosto, donde arrancaron 28.500 millones de gasto público entre 2017 y 2020 para un amplio paquete de reformas. Explican que lo que obtuvieron del PP fue su palabra de destinar dicho dinero a ese conjunto de iniciativas “puntuales”, pero nada más: “Nunca cerramos un acuerdo presupuestario global”.  El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y su equipo vienen trabajando desde el verano en la elaboración de estas cuentas, y lo han hecho en contacto también con los consejeros de Economía de las comunidades autónomas.

En esa negociación pormenorizada de los próximos Presupuestos es donde el partido de Albert Rivera, según las citadas fuentes, piensa apretar las tuercas a los populares. Esperan que los socialistas hagan lo propio y no terminen cediendo. “El PSOE podrá consentir o no en la investidura, porque es algo que tendremos que debatir, pero en ningún caso le va a proporcionar estabilidad”, declaró este jueves el presidente de la gestora, Javier Fernández, en declaraciones a La Sexta.

Del acuerdo PP-Ciudadanos destacaba la creación de un Complemento Salarial Garantizado, dotado de 1.300 millones el primero año y 2.100 euros en cada uno de los tres siguientes, y un plan contra la pobreza infantil, que recibía 1.000 millones el primer ejercicio y 1.560 en los sucesivos hasta el final de la legislatura.

No puede haber debate de presupuestos si no hay legislatura

Estas actuaciones serían financiadas con 29.000 millones de esta procedencia: 15.000 millones extraídos de la revisión del Impuesto de Sociedades, cuya reforma aprobada el pasado viernes por el Gobierno en funciones va en esa línea de aumentar la recaudación (8.000 millones adicionales al año), 7.000 millones de la recuperación de la amnistía fiscal y mejora de la lucha contra el fraude y otros 7.000 de la eliminación de las duplicidades administrativas (racionalización de las diputaciones provinciales incluida).

El propio Rivera señaló este jueves que “no puede haber debate de presupuestos si no hay legislatura” y recordó que “no puede haber estabilidad futura ni se puede negociar nada si ni siquiera el presidente en funciones va a la investidura”.