“Si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra”. Este era uno de los gritos de los indignados del 15-M, el movimiento que exigía la regeneración del sistema y que inspiró el nacimiento de Podemos en 2014. Seis años después, el partido morado ha decidido elevar esa "guerra" a una "guerrilla digital" en las redes sociales. Sus campañas generan polémica. La última ha sido el ataque digital denunciado por el juez Manuel García-Castellón, vinculado o alentado, según desvelan a Vozpópuli fuentes de Podemos, por el trabajo de un equipo dirigido por una figura clave pero poco conocida a nivel público: Julián Macías Tovar.
Macías lleva al menos dos años al mando del batallón morado activo en las redes sociales: Facebook, Instagram y sobre todo Twitter. Se considera uno de los hombres de máxima confianza de Juanma Del Olmo, el jefe de campaña electoral y miembro del gabinete de Pablo Iglesias. Trabajó para el partido en Extremadura, pero según varias fuentes el balance fue “desastroso”. Macías no valía como cuadro, pero logró reciclarse y con éxito en el equipo de redes.
“No tenía ni idea de redes, pero ha ido especializándose”, comentan sus compañeros. Empezó su travesía después de Vistalegre II, tras la purga de los errejonistas. Formaba parte de los llamados pablistas y se trasladó a Madrid. “Él y otros han creado toda la estructura de bots en redes”, aseguran dirigentes que añaden que el núcleo duro de este equipo se cuenta con los dedos de la mano: “Son cuatro o cinco personas”.
Una pieza más del caso Neurona
Macías no destaca por su habilidad política, afirman los que le conocen. Pero sí ejerce como arquitecto en las redes sociales. Es autor de informes para América Latina y forma parte del círculo de Juan Carlos Monedero. Su nombre aparece incluso vinculado con la consultora Neurona, que está siendo investigada por la Justicia por un supuesto caso de malversación y financiación ilegal en Podemos tras la denuncia del exabogado purgado José Manuel Calvente.
Macías colaboró con los expertos mexicanos que llegaron a España en la anterior campaña. “Se alojaban en un piso discreto en Leganés”, desvelan desde el partido. Los expertos de Podemos compartieron mesa con los de Neurona, que llegaron presuntamente a España sin permiso de trabajo, como adelantó este diario. “Trabajó muy de cerca con Neurona. Eran equipos mixtos, y el que estaba en la parte del partido coordinando todo fue Julián”, asegura un dirigente de Podemos.
El exabogado de Podemos lamentó los ataques recibidos en redes tras su denuncia. Este diario desveló algunos de esos mensajes. El juez García-Castellón, que instruyó la pieza del caso Dina y que esta semana ha enviado un escrito al Tribunal Supremo para que imputen a Iglesias, también ha denunciado estar sufriendo “acoso”, con el objetivo, en su opinión, de “intimidar y condicionar”.
https://twitter.com/JulianMaciasT/status/1313832133866270720?ref_src=twsrc%5Etfw
Son "cuentas de derecha"
La Guardia Civil investiga esos ataques. Se centra en frases como “hablar de agredir a un cabrón de juez García Castellón por sus ideologías del PP es la mejor solución” o insultos como "gente bastarda", "hijo de puta" e "hijo de un puto franquista" hacia el juez.
Después de la denuncia del juez y de la apertura de una investigación por parte de la Guardia Civil, Macías argumentó en redes sociales que los mensajes con insultos pertenecen supuestamente a "cuentas de extrema derecha".
¿Dónde está el periodismo en España? Ayer todos los telediarios en teles privadas y más de 20 diarios dieron la noticia sobre amenazas de muerte al juez que quiere que imputen a Pablo Iglesias.
Ningún medio ha investigado que cuentas están detrás de esta acción de bandera falsa. pic.twitter.com/xX9zfqXtgk— Julián Macías Tovar (@JulianMaciasT) October 10, 2020
El 'efecto dominó': "No son bots, hay gente real"
Los mensajes que difunde el partido no invitan directamente a realizar campañas de “acoso”, explican en Podemos. “No se marcan objetivos de acoso”, aseguran las fuentes consultadas, que, sin embargo, hablan de “espacios restringidos” entre “gente de confianza” donde sí se planean ataques y campañas ad hominem.
La clave es el efecto dominó que se genera tras lanzar una determinada consigna: “No son bots automáticos, detrás hay gente real manejando varias cuentas, y todo lo lleva Macías”, reconoce un dirigente del partido morado, algo escéptico sobre los efectos de algunas de estas campañas.
Las campañas en redes de Podemos se gestionan, de hecho, a través de chats públicos abiertos o semiabiertos conocidos como Guerrilla y activos en diferentes plataformas (Telegram y Whatsapp). En esos chats se difunden vídeos (como el de arriba) y guías para viralizar determinados contenidos. El partido es capaz de movilizar a “cientos o miles” de activistas.
Algunos de ellos trabajan como militantes. Son los llamados “ciberactivistas”. Otros se mueven de manera autónoma. El sistema de organización es parecido a un pulpo: aunque la formación morada tiene responsables que buscan movilizar a sus colectivos desde Madrid hasta las comunidades autónomas.
Podemos surgió como plataforma política durante la crisis. Ahora, sin embargo, su especialización se halla en el ciberespacio. Es la llamada “guerrilla digital”, en la que el partido tiene a verdaderos coroneles y comandantes. Macías es uno de ellos. Es la persona que dirige gran parte del flujo de mensajes y lo hace “siempre de acuerdo con la dirección”, aseguran en Podemos.