Podemos ha empezado a hablar con dirigentes socialistas del Gobierno y el Congreso para lograr un apoyo del partido de Pedro Sánchez a Pablo Iglesias. Quiere que el PSOE rechace el suplicatorio al vicepresidente en la Cámara Baja si el Tribunal Supremo accede a la petición del juez del ‘caso Dina’ de investigar e imputar al líder de Podemos. El Congreso lleva desde 1988 sin rechazar ningún suplicatorio, pero los morados han activado una campaña de desprestigio de los jueces para crear un marco ideológico que favorezca este cambio.
Fuentes del partido morado aseguran a Vozpópuli que la orden llegó de la dirección el mismo miércoles por la noche. El jueves, el secretario general reivindicó su inocencia ante la acusación de denuncia falsa, delito informático y revelación de secretos en el caso del supuesto robo del móvil de su exasesora Dina Bousselham. Descartó dimitir mientras que Podemos señaló al juez Manuel García-Castellón como una pieza de la trama contra Podemos y, concretamente, "contra el Gobierno de coalición".
La teoría de las “cloacas” sigue, por lo tanto, viva en Podemos. Y el partido morado quiere que se sume a ella el PSOE. La voluntad de renovación del Consejo General del Poder Judicial representa una oportunidad de encuentro.
Los socialistas en el Congreso siguen incómodos por las declaraciones de Carlos Lesmes, presidente del CGPJ, durante el acto en Barcelona al que no pudo acudir Felipe VI. Además reiteran que “Casado está bloqueado en el no es no”, y buscan en esa posición del PP la legitimación para avanzar hacia una posición inédita.
El PSOE, dividido
En Podemos aseguran que los socialistas están divididos. Sostienen que hay sectores (la portavoz parlamentaria Adriana Lastra y el ministro José Luis Ábalos) favorables a respaldar a Iglesias en su cruzada. Miembros del partido morado reconocen que la situación es un “lío monumental” y algunos vaticinan una "amenaza" de Iglesias al PSOE en el caso de que le dé la espalda.
"Si cae Iglesias, cae el Gobierno", afirma un miembro del partido: "Esa va a ser la presión para que el PSOE vote en contra del suplicatorio". Si el Supremo abre un juicio oral y el Congreso da el visto bueno para que sea juzgado, será muy difícil para Iglesias evitar la dimisión. Este punto lo tienen todos claro en el partido morado, aunque Iglesias afirmó el jueves que considera "inconcebible" que el Supremo se decante por su imputación.
"Esto acaba de empezar"
El día de la abortada visita de Felipe VI a Barcelona puede convertirse en un antes y un después para la historia de este país. Un dirigente del PP lo explica así: “Los jueces han visto las orejas al lobo en el veto de la presencia del Rey en Barcelona. Son un tercer poder que se siente amenazado de desaparecer. Esto acaba de empezar”.
La tensión institucional es palpable. Sánchez evitó desautorizar a sus aliados tras sus ataques del miércoles. El presidente se limita a pedir “dejar trabajar a la justicia”. Los morados saben que la palabra de Sánchez tiene un valor relativo. Para ellos la clave será asegurarse el apoyo del grupo de asesores de la Moncloa: si logran convencer a esos expertos y a Sánchez, la batalla estará ganada y el suplicatorio se convertirá en un mero trámite.
El problema es que Iglesias sabe que en el Ejecutivo tiene también enemigos. Se trata de los ministros económicos y de la vicepresidenta Carmen Calvo, quienes desde hace tiempo sugieren a Sánchez prescindir del apoyo de los morados. Creen que con la pandemia el país no puede estar abocado a nuevas elecciones y que de cara a la UE es mejor un gobierno monocolor socialista que una coalición espuria y siempre en minoría.