El gobierno catalán estalla por los aires. Primera dimisión a causa de la independencia. El consejero de Empresa, Santi Vila, renunció ayer a seguir en el Ejecutivo, horas antes de que el 'president' anuncie en el pleno del 'Parlament' su decisión sobre el futuro del proceso. La independencia ha provocado una borrasca de enormes dimensiones en la cúpula secesionista. La salida de Vila anuncia tiempos de turbulencias en el equipo de la Generalitat.
No es el único consejero crítico con la opción de la independencia. En la reunión del pasado martes, varios miembros del Ejecutivo mostraron su oposición firme a esta posibilidad. Meritxel Borrás (Interior), Toni Comín (Sanidad) o Carles Mundó (Justicia) avalaron la opción de las elecciones constituyentes. Ninguno habló de abandonar el barco, pese a que, al trascender su postura, han sido objeto del hostigamiento en la redes. Tanto que Comin y Mundó, ambos de ERC, desmintieron tal posibilidad en sendos comunicados para atajar la polémica.
El 'Govern' estalla en vísperas del plenario del 'Parlament' en el que se decidirá el paso definitivo del 'procés'. Todo parece indicar que Puigdemont ha optado por la proclamación de la independencia una vez que el Senado haya dado el visto bueno al artículo 155. Eso al menos declaró este miércoles Oriol Junqueras en una entrevista con AP. "El gobierno no nos deja otra opción que una nueva República", dijo el vicepresidente, abrazado al tradicional victimismo. Las dudas estriban en si la declaración secesionista de este viernes irá acompañada de la convocatoria de elecciones, como reclaman amplios sectores del PDeCat, el partido de Puigdemont, y algunos ámbitos minoritarios de ERC.
Interlocutor del PP
Santi Vila era el 'verso suelto' del Gobierno catalán. Alcalde de Figueras, taurino, amante del flamenco, siempre ha mostrado una personalidad diferenciada dentro del panorama monocorde del secesionismo. Vila ha sido un leal interlocutor con el Gobierno del PP, en especial con Ana Pastor en sus tiempos de ministra de Fomento. Ha saltado de la nave antes de que se precipite hacia la zona más turbulenta. Su futuro está más claro que el de Junqueras, señalan en medios políticos catalanes.
Se le ve bien en Madrid, no se ha quemado en el delirio separatista, mantiene excelentes lazos con el mundo empresarial, no está contaminado por el pujolismo corrupto y no carece de ambición. Tiene 44 años, es licenciado en Historia, comenzó su vida política en ERC, pasó luego al PDeCat hasta situarse en el sector más moderado del partido. "Alguien como él, sensato y con los pies en la tierra, necesitaríamos en Cataluña", dijo un miembro del equipo de Rajoy tras mantener con él su primera reunión.