Bronco, desordenado, trabado y con constantes interrupciones. La ofensiva del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, y el del PP, Pablo Casado, contra el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, han enfangado el último debate de la campaña para las elecciones generales del 28 de abril. La tensión ha llegado a un punto en el que moderado de los cuatro líderes era Pablo Iglesias.
Sánchez y Casado han dado un giro a su estrategia del lunes en RTVE para conjugar la ventaja con la que partía Rivera. Han echado mano de fotos, libros y comentarios -al igual que el líder de Ciudadanos- y han conseguido desquiciar al candidato naranja, especialmente al principio. Iglesias ha esquivado por lo general las refriegas.
El debate de Atresmedia, sin reglas según sus organizadores, ha terminado siendo un galimatías. Los bloques se han difuminado. Los temas se han entremezclado sin demasiado sentido y se ha hecho complicado seguir el hilo.
Tesis de Sánchez
Rivera ha intentado arrancar con un golpe de efecto poniendo encima del atril de Sánchez -al que esta vez tenía al lado- su tesis doctoral. Pero el presidente del Gobierno estaba preparado y ha entregado a Rivera un libro de Santiago Abascal.
Casado, que el lunes ignoró los ataques de Rivera, no se ha callado. Y también ha respondido a Ciudadanos.