El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha comparecido este miércoles como testigo en el juicio del procés donde ha revelado que recomendó a su sucesor, Carles Puigdemont, mantener siempre la posibilidad de convocar elecciones pese a la celebración del referéndum "para no perder el control institucional". Finalmente, la Generalitat decidió seguir adelante con el plan rupturista y realizó la declaración unilateral de independencia, que provocó la aplicación del artículo 155 de la Constitución por parte del Gobierno central.
Mas ha descrito que, igual que en su mandato, en 2017 se exploraron "todas las vías posibles de acuerdo con las autoridades del Estado central (...) Si alguna era posible. También es verdad que el mandato era muy claro y que, por tanto, ante la imposibilidad de dialogar, no se decidió parar máquinas, eso también es verdad. Pero la voluntad clarísima era ese marco de entendimiento para identificar cuál era el camino más seguro para cumplir el mandato electoral".
“Cuando se suscitó la alteración de la hoja de ruta, me permití la licencia de recordar que, si se optaba por el referéndum no me opondría, pero que nunca se perdiera la capacidad de iniciativa de la Generalitat en un marco legal que la Generalitat pudiera controlar. Dije: ‘No perdáis nunca esa capacidad de control institucional, es decir, convocar unas elecciones’”, ha dicho Mas a preguntas de VOX. "Mi consejo fue que nunca se pierda la capacidad de convocar elecciones porque siempre permite tener una fotografía de la situación", ha reiterado después a la Abogacía del Estado.
VOX, que ejerce la acusación popular ha aprovechado la declaración del expresidente para preguntarle por las reuniones discretas que mantuvieron emisarios de la Generalitat, el Ejecutivo central y el PSOE. Más ha admitido estos contactos con el expresidente Mariano Rajoy y el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, pero ha aclarado que el objetivo era “mantener el hilo”, si bien la única conclusión a la que llegaron fue la imposibilidad de llegar a ningún acuerdo.
Mas ha contestado a las preguntas del fiscal Javier Zaragoza, que se ha interesado por las razones que le llevaron a dejar de ser presidente de Cataluña. Ha contestado que no repitió porque él mismo decidió marcharse. Negó que se debiera a las presiones de la CUP como sí han mantenido varios de los acusados en lo que va de juicio.
El testigo sí ha admitido que la CUP tumbó los presupuestos lo que generó que Puigdemont se sometiera a una cuestión de confianza. No obstante, Mas ha dicho no recordar que este partido pusiera como condición celebrar un referéndum, “quizá sí”, pero ha añadido que “al menos no fue la única”. Zaragoza le ha replicado que en fase de instrucción, ante el juez Llarena, sí dijo que este fue el requisito que les puso el partido que entonces les daba estabilidad en el Parlamento catalán.
La insistencia del fiscal ha llevado a una de las abogadas de las defensas a recordar que su declaración en fase de instrucción era en calidad de investigado, es decir, que no estaba obligado a decir la verdad como si lo está ahora como testigo. Preguntado por el fiscal si estuvo presente en reuniones sobre la celebración del referéndum ha contestado que “lógicamente sí”. También en las que se habló de la ley de transitoriedad nacional sobre la que ha dicho que había presentes que ya avisaron de que sería anulada por el Tribunal Constitucional, “como así fue”.
En su interrogatorio, Mas ha insistido en varias ocasiones en que el objetivo de la Generalitat fue siempre llegar a un acuerdo con el Estado. “En los debates parlamentarios se escuchó referéndum o referéndum, pero yo siempre escuché la voluntad de acordar los términos (...) cuando se preguntaba si había que descartar la vía unilateral, la respuesta era que no había que descartarla porque perderías capacidad de negociación, pero no es ni la primera, ni la segunda ni la tercera opción”. Zaragoza ha puesto fin a su interrogatorio después de que, desde las defensas, se advirtiese al tribunal de que las preguntas tenían un perfil político.
Mas ha hecho alusión a que, de cara al referéndum del 1-O, contaron con la experiencia de la consulta del 9-N en 2014, también en cuanto a la respuesta del Estado, que entonces les condenó por desobediencia. La Abogacía del Estado le ha preguntado cómo hicieron el censo y Mas ha reconocido los obstáculo a los que se enfrentaron porque el Gobierno de la Generalitat nunca pretendió saltarse la Ley de Protección de Datos. Asimismo, ha recordado que en 2014 el censo se hizo a medida que la gente iba votando.