Dolores Delgado (Madrid, 1962), la segunda mujer que accede al cargo de ministra de Justicia, es una fiscal con gran prestigio y 28 años de experiencia en la carrera fiscal, de los que 25 los ha pasado en la Audiencia Nacional, tribunal en el que en los últimos años ha coordinado la lucha contra el terrorismo islámico.
Además, Dolores Delgado jugó un papel básico en la aplicación de la denominada justicia universal en España, en la que cree "firmemente", tal y como asegura en su cuenta de Twiter.
En concreto, Delgado fue la fiscal que logró la primera condena por crímenes de lesa humanidad, la impuesta al militar argentino de los vuelos de la muerte Adolfo Scilingo, que fue condenado en 2007 a 1.084 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.
En su apoyo firme a la también denominada jurisdicción universal, que fue limitada en primer término por un Gobierno del PSOE y en la anterior legislatura por el PP de Mariano Rajoy, la nueva ministra coincide con los jueces de la Audiencia Nacional Fernando Andreu y Santiago Pedraz, pero también con Baltasar Garzón, a quien llegó a acompañar al Tribunal Supremo junto a otros jueces como Santiago Pedraz, cuando el magistrado fue juzgado por presunta prevaricación en el caso de la Memoria Histórica, según informa Efe.
Con un marcado carácter progresista, la nueva ministra de Justicia mantiene un frontal enfrentamiento con la cúpula de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, de cuya portavocía dimitió en septiembre pasado.
Contra Rajoy
Esta renuncia fue el colofón a un desencuentro que comenzó a hacerse público el 26 de julio de 2017, el día que publicó un tuit sobre la declaración que ese mismo día prestó como testigo en Gürtel Mariano Rajoy, en el que decía: "Insoportable esta corrupción sistémica. Lo de hoy ha sido patético, triste e indignante".
Dolores Delgado, conocida como Lola, y así aparece en su cuenta de Twitter, reaccionaba a una declaración, que la propia sentencia de Gürtel ha calificado como poco creíble, ya que según el fallo el expresidente del Gobierno negó la existencia de la caja b del PP, con la intención de evitar el reproche social por cobrar en negro.
Pero este no fue el único episodio que demuestra la controversia entre Lola Delgado y el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Jesús Alonso, y el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo.
Este nuevo enfrentamiento se generó en relación a los atentados yihadistas de La Rambla (Barcelona) y Cambrils (Tarragona). La nueva ministra, que es la coordinadora de la lucha contra el terrorismo islamista, se consideró desplazada por la cúpula de la Fiscalía de la Audiencia Nacional que apostó porque los fiscales del caso fueran Ana Noé y el teniente fiscal, Miguel Ángel Carballo, que sustituyó a Delgado como portavoz.
Detención de Falciani
Y de forma más reciente Delgado, que en 2013 se opuso a la entrega a Suiza del exempleado del HSBC Hervé Falciani al considerar que había contribuido a luchar contra la crisis económica y el expolio de fondos públicos, también se enfrentó a la cúpula de la Fiscalía en la Audiencia Nacional tras la detención de Falciani en plena controversia con Suiza por la huida de Anna Gabriel y Marta Rovira. Delgado, que rechazó el arresto, consideraba que la fiscal del caso debería ser ella porque se trataba de los mismos motivos por los que ya se denegó su entrega en 2013.
Sin embargo, fue sustituida por el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo, por orden del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Jesús Alonso, con el objeto de que este pidiera la prisión para él, petición que rechazó el juez.
Con gran prestigio en la lucha antiterrorista, Delgado fue elegida para formar parte del Consejo Fiscal, órgano asesor de la Fiscalía General del Estado, como representante de la Unión Progresista de Fiscales, asociación a la que pertenece desde casi los inicios de su carrera como funcionaria del ministerio público.