"Si ganamos las elecciones y tenemos opciones de gobierno, porque la derecha no sume, pondremos nuestro programa de Gobierno encima de la mesa al escrutinio de los 350 diputados de la Cámara". Y de esa frase no pudimos sacar los periodistas este lunes a la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, tras el "desliz", según señalan diversas fuentes socialistas a Vozpópuli, cometido por el secretario de Organización, José Luis Ábalos, al admitir en una entrevista con El Español que "prefiere" pactar con Ciudadanos a depender de los independentistas del PDeCAT y ERC.
Lastra recordó que, en estos nueve meses de gobierno, el PSOE ha llegado a acuerdos con todos los partidos, pero al único que tildó de "socio leal" es a la formación que dirige Pablo Iglesias. Todo un síntoma de por donde va a ir la estrategia socialista hasta que se abran las urnas el 28-A: ayudar a Podemos a recuperar la tercera posición para no ahuyentar, además, a los votantes que están volviendo al PSOE, y 'vampirizar' todo lo que pueda el voto huérfano de centro.
Promedio de encuestas de la semana.
Continúan las mismas tendencias, con el @PSOE ?por delante, y todos los partidos consolidando posiciones (???) salvo, @vox_es ?, que se toma un descanso y baja claramente.
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— EM-electomania.es (@electo_mania) March 22, 2019
A Sánchez, explican esas fuentes, no le han sentado nada bien las palabras de su ministro porque rompen esa estrategia de arrinconar a Albert Rivera con "las tres derechas" para así crecer él con el voto del centro, que tan bien le está saliendo a tenor de todos los sondeos.
"En el fondo, (Ábalos) ha cometido el mismo error que Rivera cuando dice que no va a pactar con nosotros. Decantándote así antes de unas elecciones, lo único que consigue es que votantes nuestros que se fueron a Podemos en 2015 y están volviendo, se lo piensen antes de meter la papeleta PSOE en la urna por si acabamos pactando con Ciudadanos", explica un diputado de la legislatura ahora concluida.
Sánchez quiere, primero, impedir el 'tripartito' de derecha y a partir de las elecciones del 26 de mayo, sumarse a los barones socialistas para negociar con Rivera un pack de apoyos parlamentarios
Y no es que el PSOE no esté pensando en pactar con Ciudadanos; el error de Ábalos ha sido pensarlo en voz alta. De hecho, este periódico ya publicó el 16 de febrero pasado la estrategia del presidente del Gobierno: impedir en las elecciones generales del 28 de abril que el tripartito de derecha sume y, una vez celebradas las autonómicas y municipales del 26 de mayo, sumarse a los barones socialistas para negociar con Ciudadanos su apoyo en un pack conjunto para toda España.
Esa estrategia se ha acentuado desde febrero a raíz de dos acontecimientos muy relacionados entre sí: El hundimiento de Podemos en los sondeos, que Iglesias intenta conjurar tras su regreso de la baja paternal, y la dificultad que va a tener el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, para reeditar el Pacto de Botanic que firmaron hace cuatro años el PSPV, Compromís y Podemos. Ya no dan los números.
En estas circunstancias, y con un Vox disparado en la Comunidad Valenciana, a Puig solo le salva la investidura un posible pacto con el líder naranja Toni Cantó, que en solitario sería más improbable que si se negocia a nivel nacional junto con los apoyos que van a necesitar también los presidentes de Aragón, Javier Lambán, y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page.