Pablo Iglesias, Albert Rivera y Pedro Sánchez ya fueron candidatos a la presidencia del Gobierno en las comicios de 2015 y 2016. Los resultados electorales dieron la victoria al PP de Mariano Rajoy, pero el dirigente gallego es el único de los cuatro que no repite como candidato a ocupar La Moncloa este 2019. ¿Por qué las derrotas electorales parecen no penalizar a los líderes políticos?
Ignacio Martín Granados, miembro del consejo directivo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), recuerda que después del caso excepcional de Adolfo Suárez, José Luis Rodríguez Zapatero es el único que logró ganar unas elecciones generales la primera vez que se presentó. El resto de los expresidentes tuvieron que presentarse más de una vez, de dos e incluso de tres.
De hecho, cuando el popular José María Aznar ganó por primera vez ya le estaban buscando sustituto después de haber perdido en las anteriores ocasiones. "Rajoy también perdió antes de ganar los comicios de 2015 y 2016. Los propios partidos saben que es muy complicado ganar a la primera. Cuanto más controlado tengas controlado al partido, más posibilidades tienes de ser presidente", opina.
Los formaciones saben que es muy complicado ganar a la primera. Cuanto más controlado tengas controlado al partido, más posibilidades tienes de ser presidente"
Por ello, dice Martín Granados, su imagen como mandatarios tarda años en cristalizarse y suelen enterrar las posturas críticas. "Las aspiraciones de los secretarios generales son llegar a la presidencia del Gobierno, por lo que ser cuestionados dentro de sus formaciones les dificulta llegar a La Moncloa", incide.
De acuerdo al miembro del consejo directivo de ACOP, es lógico que Sánchez se presente porque es el actual presidente y porque le va bien en las encuestas. En el caso de Casado son las primeras elecciones. Sin embargo, considera que este 28-A podría ser "preocupante" para Rivera y para Iglesias.
"Aunque no haya una lógica académica, si Ciudadanos no da el sorpasso al PP y Rivera no cosecha lo esperado, puede que las bases empiecen a barajar el nombre de otro candidato para las próximas, por ejemplo, el de Inés Arrimadas. Algo similar ocurre con Unidas Podemos y la posible sucesión de Irene Montero", explica.
Influencia de las luchas internas
Para Mariano Torcal, catedrático de Ciencia Política de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), el hecho de que Rajoy haya sido el único 'castigado' durante el presente ciclo no tiene que ver con la cultura política. "Perdió una moción de censura cuando pudo dimitir antes y no lo hizo. Esto desató luchas internas en el partido que estaban latentes, y 'su sucesora' perdió", considera.
"La pérdida de elecciones es el mecanismo esencial que genera cambio de liderazgo junto con la existencia de corrientes internas dentro del partido. En Ciudadanos no hay, de momento, disputa interna dura, y no han perdido elecciones, ya que, a lo sumo, no han sumado tanto como esperaban hasta ahora", añade.
La pérdida de elecciones es el mecanismo esencial que genera cambio de liderazgo junto con la existencia de corrientes internas dentro del partido"
Según Torcal, Iglesias estuvo cerca de perder por disputas internas y ocurre un poco lo mismo que con Ciudadanos respecto a su suerte electoral. En el caso de Pedro Sánchez, continúa, perdió el poder por los resultados de 2016 y por disputas internas, pero lo rescató de nuevo y la moción de censura lo reforzó.
"Puede haber cambios de liderazgos importantes. Casado puede sufrir mucho, pero lo mismo puede ocurrir en Podemos, especialmente en estos dos casos porque hay mucha disputa interna", opina el catedrático de la UPF.