La fundación Konrad Adenauer, entidad de referencia del partido de Angela Merkel (CDU), sostiene que Pedro Sánchez utiliza “medio afines” para pedir la solidaridad europea como forma de desviar críticas sobre su gestión en la crisis del coronavirus. “La ofensiva de comunicación del Gobierno, que es apoyada por medios afines, tiene entre sus metas desviar la atención de la crítica mencionada a la gestión de la crisis”, reza el informe firmado por el director de la fundación, Wilhelm Hofmeister.
El entorno de la canciller alemana ha empezado a echar una mirada crítica sobre España, y concretamente sobre el gobierno de Sánchez. Mientras periódicos conservadores alemanes se abren a medidas solidarias, pero centrándose en Italia después del discurso de Sánchez del pasado 28 de marzo en el que atacó duramente a la UE, al entorno de Merkel no le está gustando el tono empleado por el presidente del gobierno español.
El error de la marcha del 8-M
El informe alemán mete el dedo en la llaga de los retrasos de Sánchez ante el virus. Por ejemplo, en la aprobación de la manifestación feminista del 8-M con 120.000 asistentes cuando el virus ya circulaba por la capital.
La fundación Adenauer señala que, aunque a finales de febrero ya había indicios de una amenazante ola de contagios, el Gobierno español se mostró vacilante a la hora de realizar advertencias o de tomar medidas restrictivas porque, indica, "no quería cancelar las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo". Sólo el 9 de marzo, agrega el documento, el Gobierno hizo públicas sus advertencias.
El documento de la principal fundación de pensamiento político de la CDU llega pocos días después de que el sábado 28 de marzo Sánchez pronunciara en todas las televisiones nacionales un duro ataque a la UE. Ese discurso sorprendió a Alemania porque llegó pocas horas después de que los jefes de gobierno comunitarios se enfrentaran sobre la oportunidad de lanzar bonos europeos. O lo que en términos diplomáticos puede parecer un acto de deslealtad.
Amenazas de Sánchez a la UE
En ese reunión, Sánchez estuvo al lado de Italia y otros países que piden mutualizar la deuda pública. El primer ministro italiano Giuseppe Conte señaló a la canciller que sin ayudas directas europeas en los países del sur se disparará el euroescepticismo. Merkel les contestó que el Parlamento alemán no aprobaría los llamados coronabonos: "Tenéis que entender que esa medida hace crecer el euroescepticismo en mi país", advirtió.
La reunión acabó con un aplazamiento de dos semanas. Pero Sánchez saltó inmediatamente al ataque de la UE. Intervino en la televisión pública para exigir “pruebas” a la UE de su compromiso con España y avisando de que las instituciones europeas "se la juegan" en esta crisis. El tono empleado en su discurso sorprendió a varias embajadas en España, posiblemente también a la alemana. El primer ministro italiano, de hecho, también habló a la nación, pero los tonos no fueron para nada perecidos a los de Sánchez.
El resultado es que, al menos de momento, en la opinión pública alemana se está abriendo un debate sobre la necesidad de incrementar las ayudas a los países más afectados. Pero en ese debate y asociado a la palabra solidaridad aparece más Italia que España, aunque por número de contagios y muertos en relación a la población total, es España el país más afectado.
E poi c’è la @BILD pic.twitter.com/vqQbZ8K10G
— Paolo Gentiloni (@PaoloGentiloni) April 2, 2020
"Quiere disimular sus errores"
El 28 de marzo, cuando Sánchez pronunció su polémico discurso, España se encontraba en pleno auge de números de contagio. Había más de 5.600 fallecidos y 72.000 infectados. Su gestión estaba y está siendo duramente cuestionada por aliados (ERC y PNV) y la oposición. El día siguiente Sánchez aprobó el parón total de la economía española con un decreto que se firmó ya casi entrado el lunes.
Para la fundación afín a Merkel, con su discurso sobre la UE Sánchez quiso desviar la atención sobre su gestión. Y aunque la CDU se abre a reconocer que "es necesaria la solidaridad europea", no ahorra un duro reproche a Sánchez: "El tono frente a los socios europeos que los rechazan (los eurobonos) se hace más agresivo. Eso ayuda también a disimular los propios errores", consideran los autores del texto.
El informe también recoge los problemas en la coordinación entre el Gobierno nacional y las autonomías. Y en este caso incide en la incapacidad del "mando único" del ministro de Sanidad, Salvador Illa. Alude por ende a la compra de 640.000 test de la enfermedad con deficiencias. "No existe una cooperación entre las Comunidades Autónomas. El 22 de marzo, al ser preguntado si utilizaría el mando único para trasladar pacientes de los sobresaturados hospitales de Madrid a los de otras comunidades autónomas el ministro Illa dijo que esos planes no existían", dice el informe.