Política

Moncloa congela su relación con ERC en el Congreso: "Están rotos y se contradicen"

El Gobierno lamenta la "soledad" del portavoz republicano en la Cámara Baja, Gabriel Rufián. Su pérdida de apoyo interno deja a Sánchez sin interlocutor en Madrid

  • Félix Bolaños, Pedro Sánchez y Gabriel Rufián, en el Congreso -

"Desolados", "hundidos", "en depresión", "están rotos y se contradicen"... Moncloa no ahorra calificativos para describir el estado emocional de ERC. El batacazo que los republicanos se llevaron el pasado 12 de mayo en Cataluña ha revolucionado al partido y a su terminal de 7 diputados en Madrid, capitaneados por Gabriel Rufián. El portavoz en la Cámara se encuentra ahora mismo en un limbo dentro de su partido donde cada vez hay más voces críticas que cuestionan su desempeño.

El problema es que el Gobierno se ha quedado sin interlocutor con ERC. Es más, las fuentes consultadas lamentan la "soledad" del republicano en la Cámara Baja por ser casi el único en el grupo que apuesta por el entendimiento con el PSOE. La situación comienza a ser insostenible. Este jueves dijo que su partido le parecía una "guardería". Ese es el motivo por el que el Ejecutivo ha congelado su relación con ERC en Madrid, a la espera de que se clarifique el rumbo político de la formación.

Lo cierto es que en estos momentos el único socialista que mantiene contactos serios con ERC es Salvador Illa. Sánchez ha dado toda la autonomía posible, aunque no habrá acuerdo político para que sea investido president sin el visto bueno del líder socialista. La previsión de Moncloa es que el puzzle de la presidencia de Cataluña se resolverá con varios intentos. No se descartan varias investiduras en el Parlament hasta que finalmente haya fumata blanca. Que Carles Puigdemont (Junts) se someta también al proceso se considera en Ferraz una ventaja estratégica, como en su día lo fue que Alberto Núñez Feijóo (PP) se pusiera a prueba tras el 23-J. La idea es retratar que el gran rostro del secesionismo no tiene apoyos. Y es que por primera vez en 40 años los partidos nacionalistas-independentistas no tienen mayoría en la Cámara catalana.

Para Sánchez todo lo que contribuya a quemar a Puigdemont es una gran ayuda. El presidente del Gobierno espera que cumpla su palabra y, si no gobierna, anuncie su retirada de la política. Pero nadie en Moncloa tiene la certeza de que eso sea lo que vaya a pasar. La cabeza del expresidente catalán es un gran interrogante, como la del propio Sánchez. Ambos mantienen una batalla que ha pillado en medio a ERC. El temor del Gobierno es que su principal socio independentista caiga en manos radicales. Pero los partidos, como experimentos sociales, son colectivos sin raciocinio alguno. El debate en el seno de los republicanos ya ha empezado: y sin liderazgos ni plan b, parece complicado que la situación se vaya a despejar en el corto plazo.

En verdad, la dirección socialista desconfía de ERC y teme que el partido que preside Oriol Junqueras colapse en las próximas semanas y dificulte la investidura de Illa. Las esperanzas para que el exministro de Sanidad sea presidente de Cataluña están puestas en los republicanos, que ya dijeron que pasarían a la oposición. "Depende de ellos [que el PSC gobierne]. Y son muchos los que tienen que hablar dentro del partido", razonan en la planta noble de Ferraz.

Los socialistas están dispuestos a dar todo el tiempo del mundo a ERC. La amnistía tardará aún unos meses en quedar atada desde el punto de vista legal, aunque la previsión es que entre en el BOE el próximo 1 de junio. Si se suceden los procesos de investidura en el Parlament, el PSOE espera que en ese tiempo los republicanos se cuezan y sientan el abismo de una nueva convocatoria electoral que les deje peor de lo que están. ERC no tendría, a priori, incentivos para forzar la repetición electoral, que se produciría en octubre, ya que no tiene candidato aparente pese a que asome Marta Rovira.

Y es que ni Aragonès, que anunció que ponía fin a su etapa política, ni Junqueras, que permanece inhabilitado pese a haber sido indultado, son opciones viables. Pero a ERC sí le interesaría permitir la investidura de Illa en solitario, que estaría a los mandos de un gabinete débil. En el PSOE no saben qué rumbo tomará el partido. Aunque no esperan movimiento alguno hasta después de las elecciones europeas. En Ferraz piensan que hasta que no haya una nueva fotografía electoral, la política catalana estará en suspense.

"Es gente que estaba hace cinco años donde estaba… [en la vía unilateral] Les hemos sumado a la mayoría de la investidura y ahora hablamos de un apoyo a Illa. Es un viaje que tienen que hacer", explican fuentes socialistas. "Yo creo que depende de ERC más bien. Tendrán que apoyar me da", explica un barón autonómico

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