El Gobierno español cree haber hecho ya lo suficiente denunciando que 'hackers' (piratas informáticos) operan desde servidores rusos para desinformar sobre Cataluña. A partir de ahí, la respuesta "tiene que ser europea", según explicó el lunes en Bruselas el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis... porque el Ejecutivo no va a poner en peligro el "relanzamiento" de las relaciones comerciales entre ambos países. Esto último no lo dijo así de claro pero está detrás la decisión de enfriar la polémica.
"Es que no tiene sentido una escalada verbal", admiten fuentes diplomáticas consultadas por Vozpópuli, recalcando que "nunca" se ha acusado a Vladimir Putin porque no hay pruebas. Dastis y la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, se han limitado a desvelar que el 80% de informaciones tergiversadas sobre el independentismo catalán sale de servidores en "territorio ruso" -así lo atestigua el seguimiento cibernético del East Stratcom de la UE-.
A partir de ahí, el Gobierno español se ha sumido en el mutismo. Ni Mariano Rajoy, el martes en Cope, ni ninguno de sus ministros han seguido con el asunto. De hecho, ayer fue muy significativo ver al ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, negándose a ser más explícito, al tiempo que el director del Instituto de Ciberseguridad, Alberto Hernández Montero, también derivaba la atención en una comparecencia ante la Comisión de Seguridad Nacional del Congreso.
Hasta el PSOE ha decidido que su petición de que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, informe sobre las denuncias, se sustancie a puerta cerrada en una comparecencia ante la Comisión de Secretos Oficiales, no ante el pleno del Congreso; ni siquiera en una comisión pública.
Algo ha tenido que ver la advertencia del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, para quien no existen pruebas de la supuesta injerencia rusa en Cataluña. Calificó las acusaciones de "histeria" y añadió que "Quizás esto se explique porque en las capitales de los países de donde llegan esas acusaciones, sea Madrid, sea Londres, no tienen resueltos plenamente sus problemas internos". Lo dijo ayer, pero es que el miércoles, el ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, ya había comentado: "Parece que algunos de nuestros socios en Europa y Estados Unidos no tienen otra cosa que hacer que presentar acusaciones contra nuestros medios y declararles agentes extranjeros".
Lo cierto es que la polémica ha llegado en mal momento, porque hace tan solo cuatro meses España se había propuesto "relanzar" las relaciones comerciales con Rusia; siempre dentro del estrecho margen que dejan las restricciones impuestas por la UE en 2014, tras la injerencia de Putin en Ucrania y la posterior anexión de la península de Crimea.
En juego están los 3.000 millones de dólares que Rusia tiene invertidos en España y el "relanzamiento" de las relaciones comerciales que el propio Gobierno había impulsado con una cumbre en Moscú este mayo
El 29 de mayo de este año viajó a Moscú el ministro de Energía, Álvaro Nadal, para presidir con su homólogo ruso, Alexander Nóvak, la IX Comisión Mixta intergubernamental hispano-rusa, al tiempo que se celebraba una cita del Consejo de Empresarios Rusia-España, que presiden José Lladó y Leonid Mijelson. Allí se desveló que la rusa Gazprom Neft y Repsol estudian la posibilidad de colaborar en el Kurdistán iraní. la gasística rusa negocia, además, la compra de activos de Repsol en Janti Mansisk.
Por otro lado, la petrolera Novatek suministrará cada año 2,5 millones de toneladas métricas de gas licuado a Gas Natural Fenosa a partir de 2019, cuando entre en servicio la tercera fase de la fábrica de licuefacción de la península de Yamal. Y la estatal Rosneft quiere vender a España productos petrolíferos que llegarían al puerto de Algeciras en buques contenedores.
Para llevar a cabo esa cita institucional de mayo con los dos ministros, se había preparado el terreno en el VII Foro económico Gaidar, el 12 de enero. Bajo el título "Rusia y el Mundo. Elección de Prioridades", el acontecimiento fue inaugurado por el primer ministro, Dmitri Medvedev y allí se organizó una mesa redonda para celebrar el 40 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas tras el franquismo.
Entre los ponentes figuraban el actual viceministro de Exteriores, Alexéi Mehkov, quien dijo que Rusia invierte en España ahora mismo 3.000 millones de euros, el ministro consejero y el encargado de negocios de España, Ignacio García-Valdecasas, el presidente del Real Instituto Elcano, Emilio Lamo de Espinosa, y el entonces presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, el español Pedro Agramunt.