Por segunda semana consecutiva al PSOE se le tensan las costuras internas a cuenta de la financiación autonómica. Si la semana pasada lo que agitó a las federaciones socialistas fue la aprobación del Cupo vasco mientras el resto sigue esperando una propuesta del Ministerio de Hacienda para el régimen general, ahora el lío viene a cuenta de la inclusión en el programa electoral del PSC de la reclamación de una quita parcial de su deuda. Los 'barones' rechazan todo lo que suene a ventaja de un territorio sobre el resto, pero, a las suspicacias habituales, se suma el rechazo frontal de Extremadura. Ante la amenaza de incendio, Ferraz trató ayer de calmar a las federaciones y ahormar una posición común en torno a la posibilidad de abrir el debate sobre condonaciones, en un foro multilateral y de manera justa, es decir, separando la deuda atribuible a la mala gestión de algunos gobiernos de la generada por la infrafinanciación que denuncian todas.
El asunto no es sencillo y todos en el PSOE, como en el Gobierno, saben que cuando se abra de verdad el melón del nuevo modelo de financiación autonómica arrancará una pelea en la que los Ejecutivos autonómicos, con situaciones dispares, dejarán de lado sus colores políticos para defender lo suyo. Pero aún no se han sentado a negociar, ni tienen un esquema de Hacienda, y, por eso, Ferraz intenta evitar a toda costa lo que, por otra parte, cree que busca Moncloa con el retraso: que empiece con una bronca interna. Por eso, ayer, el responsable de Economía de la Ejecutiva federal, Manu Escudero, intentó apaciguar los ánimos y, en contacto con los territorios, trató de evitar que las respuestas al programa electoral del PSC acabaran en una escalada de declaraciones y una nueva guerra, buscando una posición común.
Y Ferraz cree que es posible partiendo de unas premisas claras. Según explica Escudero, en conversación con este periódico, las bases están en la declaración que la Ejecutiva aprobó en Valencia el pasado 20 de diciembre, defendiendo que, en el nuevo modelo deberá garantizarse la igualdad de los territorios y su suficiencia financiera. El texto incluye además el aviso de que hay que "resolver los problemas de déficit excesivo acumulado, ocasionados en algunas por su injusta infrafinanciación", pero la dirección federal quiere ser prudente sobre por dónde pueden ir las soluciones.
La propuesta del PSC "no es descabellada"
La quita puede ser una de ellas y, aunque la dirección federal ha tratado de evitar un tema que ya en julio agitó el patio interno y postergar el debate hasta que Hacienda no presente su propuesta, en Ferraz defienden ya que la propuesta que hace el PSC "no es descabellada" y apuestan por plantearla cuando se negocie el nuevo modelo de financiación autonómica, en los foros adecuados. Es decir, que se hable de esta salida pero "en un foro multilateral, con todos".
El responsable de Economía socialista defiende que no se puede negar que ha habido una infrafinanciación que ha provocado un crecimiento excesivo de la deuda en algunas comunidades autónomas. A esta deuda, que no se debe a un "problema de irresponsabilidad" por gobiernos autonómicos, sino por "un problema de infrafinanciación injusta" que ha llevado al endeudamiento, hay que buscarle una solución que, apuntan, podría pasar por lo que plantea el PSC. Y si es injusta, señala Escudero, no habría que hablar ni de deuda ni de quita ni de condonación, sino incluso de "compensación".
En Ferraz entienden que las comunidades cumplidoras defiendan que hay que pagar las deudas, como ha hecho Extremadura, pero tratan de convencer a todas de que se puede analizar esta solución para aquellas que no han podido cumplir por una "injusta infrafinanciación" o una acumulación excesiva del déficit. No quieren prejuzgar que esa sea la salida, pero sí que todos coincidan en que, con estas condiciones -en un foro multilateral, en igualdad de condiciones y separando aquella deuda atribuible a una mala gestión autonómica de la infrafinanciación- se puede plantear.
Por lo pronto, estas condiciones son las que algunos Gobiernos socialistas han puesto ya encima de la mesa. Es el caso de Andalucía, cuyo portavoz parlamentario, Mario Jiménez, subrayó ayer que cualquier propuesta en este sentido tiene que hacerse "con carácter universal para todas las comunidades autónomas".
Andalucía, que más que un problema de deuda tiene uno de infrafinanciación, no se cierra a una condonación parcial, siempre que sea "muy bien tasada y estudiada" y en igualdad, pero avisa de que no puede hacerse a costa de los recursos que, en su opinión, deben aumentarse para que las comunidades puedan atender las competencias que tienen transferidas. Es decir, el temor es que, a costa de perdonar parte de la deuda, el Gobierno no incremente lo suficiente la financiación que exigen que se aumente.
La exigencia de que cualquier asunto de estas características se haga "en el marco multilateral" del Consejo de Política Fiscal y Federal (CPFF) la hizo también ayer el presidente de Asturias, Javier Fernández, quien, además, en una entrevista en Onda Cero, dejó clara otra advertencia: "Desde luego, yo no admito que nadie lleve ventaja en esto".
El presidente asturiano concedió que hay comunidades mal financiadas, pero recalcó que esto "habrá que demostrarlo" antes de discutir la solución. "Pero nadie va a dar ventaja a otra comunidad autónoma", dijo, porque, además, en algunos casos será "real", pero en otros puede haber "victimismo".
Éste es el temor también que se lanza desde Castilla-La Mancha, donde defienden que si se quiere tratar este asunto hay que hacerlo en un "debate tranquilo" y teniendo en cuenta que no puede haber "quitas selectivas" para paliar los excesos de algunos gobiernos, ya sea por motivos independentistas o por dispendios.
Iceta matiza: no es excluyente
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, había matizado ya ayer, desde primera hora de la mañana, en una entrevista en la Cadena Cope, que su propuesta no es excluyente, sino que también debería acordarse para otras comunidades autónomas que, durante estos años, han hecho un "esfuerzo excesivo" para reducir su déficit.
Es decir, el PSC pide un alivio de la deuda que han contraído por la "mala gestión" del Estado, una reivindicación que comparte el Gobierno de la Generalitat valenciana que lidera Ximo Puig, y que, junto al catalán, es el que más deuda acumula. Ambos, eso sí, admiten que habría que dejar fuera de esa quita la deuda que puede imputarse a despilfarros o gastos excesivos de sus gobernantes, que en el caso valenciano atribuyen a los gobiernos 'populares'.
Esta reclamación, que ni en el caso del PSC ni en el del PSPV es nueva, hace saltar las alarmas de quienes están ojo avizor contra cualquier posible "ventaja" para un territorio frente a otros. En plena campaña catalana, marcada como nunca por el desafío independentista, y con la paciencia agotada en espera de un modelo de financiación que caducó el 1 de enero de 2014, todo lo que suene a privilegio, ya sea el Cupo o la quita, agita los ánimos socialistas.
Y ayer quien elevó la voz contra sus compañeros catalanes de manera más clara fue Extremadura, cuya vicepresidenta, Pilar Blanco-Morales, se manifestó en contra de la propuesta del PSC porque, defendió, "las deudas deben pagarse, en condiciones asumibles"; avisó de que hablar ahora de perdón de la deuda "es un error político" y avanzó que la Junta se opondrá a que la quita se incluya en los parámetros del nuevo modelo de financiación autonómica.
Sin embargo, en Ferraz creen que las posturas de los socialistas catalanes y extremeños pueden ser reconciliables, porque, subrayan, la también consejera de Hacienda habló de pagar la deuda "en condiciones asumibles", que es lo que todos reclaman.