Frialdad y seriedad en Podemos. Las negociaciones están encalladas, a menos de un día de la primera votación de investidura del martes, y la segunda del jueves. El partido de Pablo Iglesias esperaba más guiños hacia sus “cesiones”, y durante el discurso de Pedro Sánchez han evitado aplaudir incluso cuando el presidente en funciones ha hablado de ecología y feminismo. El único guiño de Sánchez a Podemos ha sido hablar de “una sociedad de mujeres y hombres libres e iguales en armonía con la naturaleza".
En el partido morado frenar todo tipo de entusiasmo. “Viendo las propuestas y la actitud del PSOE, hemos vuelto a recordar en las conversaciones que hemos cedido desde el inicio en no poder ministerios de Estado, lealtad con la cuestión de Catalunya y el gesto de Iglesias del viernes echándose a un lado”, comentaban esta mañana fuentes de Podemos.
El partido morado esperaba al menos un guiño claro de Sánchez hacia el gobierno de coalición. Pero el presidente del gobierno en funciones les ha ninguneados durante todo su discurso. En los pasillos del Congreso era palpable la decepción de los diputados de Podemos. Iglesias, por su parte, ha ido rápidamente a su despacho para preparar su intervención prevista para esta tarde.
El papel de Irene Montero
Ahora, según las fuentes consultadas, falta llegar a acuerdos de carácter programático, además de aclarar la función de la número dos del partido, Irene Montero. Podemos quiere que Montero tenga una vicepresidencia social, es decir, un cargo de relevancia en asuntos como la política laboral, la vivienda y las pensiones. Sin embargo, según admiten en Podemos, los socialistas solo ofrecen un cargo simbólico, que los morados rechazan de manera tajante.
Más en general, Podemos vincula su apoyo a Sánchez a otras medidas, como elevar el salario mínimo interprofesional a 1.200 euros mensuales, la gratuidad en las escuelas de 0 a 3 años, desarrollar políticas de igualdad, bajar las tasas universitarias y potenciar la investigación, bajar la factura de la luz y medidas contra la emergencia climática o medidas fiscales como el impuesto a la banca para recuperar el rescate. Curiosamente, desaparece de las exigencias programáticas la derogación de la reforma laboral de 2012, uno de los escollos más duro de carácter económico de cara a un pacto de gobierno.
Las últimas reuniones entre ambos partidos se han celebrado hasta la madrugada del pasado domingo. Desde entonces, no hay prevista ninguna reunión.