“Será un invitado molesto, y él lo sabe”. En la cúpula del Partido Popular se guarda escrupulosamente el toque de silencio sobre el mensaje de FAES contra la vicepresidenta del Gobierno al hilo de la ‘operación diálogo’ con Cataluña. Mariano Rajoy no quiere polémicas ni litigios con quien fuera su antiguo jefe y protector político. “Nada que decir”, se limitó a señalar el presidente del Gobierno a los periodistas este miércoles en el Congreso.
“FAES ya no es la Fundación del PP”, apuntó Fernando Maíllo, vicesecretario de Organización. Dolores Cospedal, secretaria general, no ha abierto la boca. En Moncloa echan chispas. El furibundo ataque de Aznar contra la estrategia de la vicepresidenta frente a los separatistas, ha escocido e irritado. No ha pasado inadvertida la celeridad con que se difundió la nota. Apenas 24 horas después de la entrevista de Santamaría en la Cope. “Esto no le viene mal a Soraya, la sitúa en la centralidad, frente a ese viejo y declinante PP que todavía late al pulso de Aznar”, señalaba una fuente próxima al Gobierno. Todo tiene su lado positivo.
Fuera de contexto
La vicepresidenta expuso en la entrevista algún pero a la recogida de firmas por parte del PP contra el Estatuto catalán. Cuatro millones de españoles suscribieron esta iniciativa, liderada personalmente por el propio Rajoy. “Quizás Soraya olvidó este detalle, porque ella tiene soltura de sobra para zafarse de este tipo de preguntas incómodas”, señala un veterano dirigente de la formación. “Sus palabras se sacaron de contexto. Soraya argumentó que habría sido bueno ponerse previamente de acuerdo con el PSOE antes de emprender la epopeya de las firmas”, añade.
Aznar recibirá la invitación para el Congreso Nacional del PP del próximo febrero. Nadie sabe si se presentará o no. El último gran cónclave de la formación conservadora fue en 2012 en Sevilla. Allí estuvo, junto a un feliz Rajoy recién emergido de las urnas con una mayoría absoluta bajo el brazo. Algunos dirigentes del partido confían en que, tal y como están las cosas, el presidente de honor esgrima alguna excusa para ausentarse. “Aunque hay gente que le respeta y le quiere, y algunos de los compromisarios que allí estarán sin duda le veneran, resultará muy incómodo”, subrayan estas fuentes.
Tras romper con el PP, Aznar renovó el patronato de la Fundación que preside. Allí figuran políticos destacados de su época de jefe de Gobierno, como Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Pío Cabanillas, Gabriel Elorriaga, Jaime Mayor Oreja, Ana Palacio, Josep Piqué, Alberto Ruiz Gallardón y María San Gil. Los fieles del aznarismo o “el auténtico PP”, para algunos militantes.
Las críticas de Aznar no van a modificar ni un centímetro la estrategia de Saénz de Santamaría en Cataluña. Este sábado viaja de nuevo a Barcelona, a un acto de partido. Seguirá intentado atraer a Puigdemont a la cumbre de presidentes autonómicos de enero. Y mantendrá su línea de intentar algún tipo de diálogo con los separatistas. “Asumir el relato” de sus adversarios, según define Aznar esta política de mano tendida.