Juan Manuel Moreno procede estos días a borrar todo vestigio de leales a Cospedal en su zona. Andalucía es uno de los campos de batalla tradicionales entre Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. La vicepresidenta venció en su día el pulso del sur y, ayudada por Javier Arenas y Jorge Moragas, catapultó a la presidencia regional a Moreno Bonilla. Cospedal sufrió entonces una severa derrota. Un revés de los que no se olvidan, de acuerdo con fuentes de su entorno.
No ha sido la última. Estos días se libra un intenso pulso en la interna del partido por el reparto de las cuotas de poder andaluz. Moreno Bonilla quiere despejar de su zona a todo vestigio de Cospedal. Por el momento, ha logrado arrinconar a dos de los presidentes locales más críticos con su labor. Se trata de José Antonio Nieto y José Enrique Fernández de Moya, presidentes de Córdoba y Jaén, respectivamente. Ambos son, además, secretario de Estado de Interior el primero y de Hacienda el segundo. Forman parte del clan del ministro del Interior, José Ignacio Zoido, es decir, del equipo de la secretaria general del partido amen de ministra de Defensa.
Un feroz pulso interno
Moreno Bonilla ha fulminado a ambos, fieros enemigos en su interna regional. Tras una consulta a Madrid, y amparado en los nuevos estatutos de la formación, ha defenestrado a Nieto y Fernández de sus cargos provinciales. Incompatible, es la palabra. Casualmente, Antonio Sanz, delegado del Gobierno en la zona amen de hombre fiel de Moreno Bonilla, puede compatibilizar el cargo gubernamental con la presidencia del PP en Cádiz. "Madrid está mucho más lejos que Cádiz,", es la explicación que ha circulado, con cierta sorna, por el PP andaluz estos días.
El movimiento de peones en las direcciones provinciales del PP va a provocar escenas tensas en toda España. Rajoy quiere que todo el movimiento congresual esté cerrado antes del verano. Este lunes, recordó la necesidad de fortalecer la unidad de cara a los retos electorales de 2019. En ello están. Fernado Maíllo, coordinador general de la formación, se encarga de controlar y decidir la orientación en algunas organizaciones. En Andalucía, apoya y avala las decisiones de Moreno Bonilla. Los leales a Cospedal van a perder la batalla. Otra. La secretaria general no tiene mano en el sur. Sufrió una humillación sorda contra Soraya. Ahora se libra una escaramuza con Maíllo. Que, de momento, va perdiendo.
