El declive electoral de Podemos y su aviso al PSOE impidiendo la reforma de las pensiones en el Pacto de Toledo ha llevado al Gobierno a replantearse su estrategia de aprobar varios reales decretos en el Consejo de Ministros de este viernes y el del 29 de febrero, los últimos de la legislatura, por temor a que no sean finalmente convalidados por el Consejo de Ministros, según explican fuentes socialistas.
Ahora mismo, la balanza en el Ejecutivo y el Grupo Socialista se inclina por presentar solo aquellos decretos que con seguridad van a ser aprobados por todos los grupos, esto es, la recuperación del subsidio de paro a mayores de 52 años, el reconocimiento de cotización a cuidadoras/es de hogar, y la igualdad de salario hombre/mujer.
Quedaría así fuera ya de esta legislatura la aprobación de cambios sustanciales en la reforma laboral porque la formación morada no está por la labor de aceptar, a dos meses de las elecciones generales, un real decreto que no implique cambios sustanciales y teme que al final el PSOE esté sucumbiendo a las presiones en contra de acabar con la legislación laboral introducida por el PP en 2012, tanto de la patronal CEOE como de PNV y PDeCAT; sin los votos de estos dos partidos la reforma no será convalidada porque junto a PP y Ciudadanos la tumbarían.
Ahora mismo, la reforma laboral puede estar en el aire porque, por un lado, Podemos está en un claro diatanciamiento de Sánchez y, por otro, PNV y PDeCAT no van a apoyar cualquier cambio
"Lo que no vamos a hacer es traer decretos para que la gente se retrate, a riesgo de perder votaciones", explica una alta fuente socialista, en contra del criterio que hasta ayer defendían La Moncloa y la Ejecutiva Federal. Si esto se confirma, cuestiones como la ultraactividad del convenio laboral -vigencia mientras no sea sustituido por otro-, primacía del convenio sectorial frente al de empresa, o vuelta a la obligatoriedad de fichar, para impedir fraude de horas extras, cuestiones todas ellas que los sindicatos UGT y CC.OO. han exigido al Gobierno antes de las elecciones, no verán la luz en esta legislatura.
Siguen las negociaciones entre, por un lado, el Ministerio de Trabajo y Podemos, y entre este partido y el Grupo Socialista para no llegar a la campaña electoral sin uno de los principales banderines de enganche de la izquierda en los últimos ocho años y en particular desde que Pedro Sánchez está al frente del Gobierno.