El Gobierno cree que la nueva Ley de Transitoriedad catalana, que incluye una asamblea constituyente formada por colectivos sociales una vez celebrado el referéndum del uno de octubre, es la más clara muestra de que el proceso ha caído en manos "de los radicales de las CUP".
Así lo ha dicho este mediodía el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "No está en los usos europeos" esa asamblea constituyente inspirada en regímenes latinoamericanos como el chavista venezolano, y en este sentido, la Generalitat está "alejando Cataluña de Europa".
Méndez de Vigo ha alertado a su presidente, Carles Puigdemont, y a su partido, el PDCat, que los sondeos de votos son demoledores para ellos porque "al final, la gente prefiere siempre el original a la copia". "No hay urnas", recalcó, los funcionarios están dando la espalda al proceso porque tienen miedo a cometer una ilegalidad y perder su trabajo, y además no hay censo porque no puede haberlo; sería ilegal.
Puigdemont sabe, según el portavoz del gabinete, que de ese referéndum no se va a celebrar; por tanto, lo que tiene que hacer es "asumir su responsabilidad y no parapetarse tras los funcionarios". "No lo permitiremos", le ha avisado desde la sala de prensa de La Moncloa.