El nuevo sistema de financiación autonómica no estará aprobado este año. Ése fue el acuerdo al que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llegó con los presidentes autonómicos el pasado enero, pero Hacienda descarta ahora que el pacto, pendiente desde 2013, pueda estar en lo que queda de 2017.
Fuentes del Departamento que dirige Cristóbal Montoro sostienen que la reforma ya está en negociación, pero ven imposible que se pueda cerrar un acuerdo sobre el nuevo modelo antes de 2018. Se acumula así otro retraso para poner en marcha un nuevo sistema que las comunidades autónomas vienen exigiendo desde hace años, particularmente algunas que, como Andalucía y la Comunidad Valenciana, sostienen que el actual modelo les perjudica ostensiblemente.
Pero no será en 2017 y todavía podrían tener que esperar meses, porque desde Hacienda se apunta que el lugar para negociarlo con el PSOE es la comisión territorial puesta en marcha en el Congreso, que acaba de echar a andar y que tiene un plazo de trabajos de seis meses. Tanto los socialistas como el PP quieren que uno de los asuntos que se debata en este órgano sea el modelo de financiación autonómica.
La negociación del nuevo sistema discurre por dos caminos. Por un lado, están las conversaciones con las comunidades autónomas y su discusión en el Consejo de Política Fiscal y Federal, pero, además, el Gobierno y el PP otorgan mucha importancia a las conversaciones con el PSOE, en una negociación que quieren centralizar en esa comisión territorial en la que no están los nacionalistas ni Podemos, porque es el que tendrá que votarlo en el Congreso de los Diputados.
Según Hacienda, la tarea está en marcha. Después de la Conferencia de Presidentes del pasado enero, en la que Rajoy y los jefes de Ejecutivo de las comunidades autonómicas acordaron aprobar el nuevo sistema de financiación autonómica este año, se encargó un informe a una comisión de expertos que analizan las comunidades desde el pasado julio.
Y ahora en los territorios esperan una propuesta del Ministerio, cuyo primer borrador, según aseguró hace unos días el secretario de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, debería estar listo esta misma semana. En el PSOE insisten en que es el Gobierno el que debe hacer una propuesta a las comunidades.
Pero a algunos se les está acabando la paciencia. Los 'barones' socialistas están aumentando su presión contra el Gobierno estos días, insistiendo en que no pueden esperar más, y muy molestos porque, mientras siguen aguardando, esta misma semana se aprobará la renovación del Cupo Vasco.
Ayer, los presidentes de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, defendieron que las renovaciones del Cupo y el sistema de financiación general deberían ir en paralelo. No cuestionaron el voto favorable del PSOE a la aprobación del pacto fiscal vasco, pero sí se quejaron por que creen que se ha descuidado al resto mientras el Gobierno trata de garantizarse la aprobación de sus presupuestos con el PNV.
Mientras tanto, el presidente de Asturias, Javier Fernández, defendió que, en lugar de aprobarse ahora la ley del Cupo para Euskadi, que está "muy sobrefinanciada", se tendría que aprobar en unos meses, cuando se esté negociando también el sistema para el resto.
Los socialistas lamentan que el Gobierno no tiene ninguna prisa para abordar este asunto e insisten en que tiene que llegar cuanto antes. El pasado lunes, el secretario general del partido, Pedro Sánchez, se fue a Valencia, donde dos días antes salieron a las calles miles de personas exigiendo una financiación "justa", para pedir a Rajoy que haga una propuesta antes del 31 de diciembre.
El líder del partido se puso así la venda ante el malestar de sus 'barones' y las quejas que ya empezaban a llegar de que no había ejercido presión suficiente para que el Gobierno atendiera esta reclamación mientras aprueba el Cupo.
Pero aunque en las comunidades están convencidas de que Hacienda está preparada para afrontar esta tarea, Moncloa no parece tener prisa. Además, precisamente ahora, en medio de la campaña electoral en Cataluña, que puede tensionar aún más este debate.
