Tras décadas de militancia y de pasar por todos los escalones posibles del PSC, donde siempre fue el experimentado fontanero que trabajaba a la sombra de otros, Miquel Iceta se ha reivindicado como el líder que ha desacomplejado al partido justo cuando el socialismo sufre una crisis de personalidad. Haciendo valer su experiencia política en unos momentos incómodos para su formación tanto en el debate soberanista como en la crisis del PSOE, ha sido reelegido al frente del PSC, imponiéndose en unas reñidas primarias a su número dos, la joven alcaldesa Núria Parlon.
Puede que haya pesado más su liderazgo consolidado tras pacificar un partido hecho añicos internamente hace poco años, o bien su papel de hombre fuerte del PSOE, donde ha sido uno de los barones más leales a Pedro Sánchez. O quizás su estilo cercano y natural, que le han llevado a convertirse en un "icono pop" socialista.
Su baile desinhibido a ritmo del "Don't stop me now" de Freddie Mercury en el arranque de campaña de las elecciones catalanas de 2015, le erigió en fenómeno viral, sobre todo por una espontaneidad poco habitual en el encorsetado mundo político. No deja de sorprenderle aún que un minuto de baile hiciera más para darle a conocer públicamente que cuatro décadas de militancia socialista. Bajo ese estilo dicharachero y afable hay un inteligente y hábil conocedor de las entrañas de la alta política y de los engranajes del socialismo catalán y español.
Miquel Iceta i Llorens (Barcelona, 1960) pocas veces se ha detenido en su vida. Empezó en las Juventudes socialistas en 1978. Estuvo en las "cocinas" de la Moncloa en los primeros gobiernos de Felipe González. Colaboró en la revuelta de 'capitanes' del congreso de Sitges en 1994. Llegó a ser el número dos del partido cuando lo lideró José Montilla. Fue el ponente del PSC en la redacción del Estatut. Y es uno de los ideólogos de la propuesta federal del PSOE.
Pero el destino aún le reservaba un nuevo desafío cuando, tras la súbita dimisión de Pere Navarro en 2014, Parlon contaba con el consenso de todos los sectores para tomar las riendas. Pero la alcaldesa decidió dar marcha atrás por sorpresa a última hora. Entre el desconcierto general, Iceta dio un paso al frente, tomó el micrófono y se ofreció al partido "para lo que hiciera falta". El PSC le eligió como relevo y en este tiempo ha conseguido pacificar el partido y estabilizar la caída de resultados electorales.
Su interés por la política empezó a gestarse de forma incipiente mientras cursaba COU y acudía a sus primeros actos de partidos de izquierdas. Siempre rememora, sin embargo, que no pudo votar en las primeras elecciones democráticas por no ser mayor de edad. Fue concejal en Cornellà (Barcelona) en los años 80 y, después, director del Departamento de Análisis del Gabinete de la Presidencia del Gobierno e incluso subdirector de este gabinete. Entre 1996 y 1999 fue diputado en el Congreso y, desde entonces, en el Parlament.
Iceta, que destaca en la distancia corta por su sentido del humor e ironía, es uno de los grandes ideólogos del PSC
Muy respetado en la dirección del PSOE, su huella está presente en los pilares de la declaración de Granada, que gestó la propuesta federal. Iceta, que destaca en la distancia corta por su sentido del humor e ironía, es uno de los grandes ideólogos del PSC. Ahora deberá ayudar a curar las heridas de guerra del PSOE, donde fue fiel hasta el último momento a Pedro Sánchez; pero al mismo tiempo reivindicar la personalidad propia del PSC, que amenaza con romper la disciplina de voto ante una investidura de Mariano Rajoy.
Adicto a la Coca-Cola Zero -antes prefería la Light- y amante de los gatos, en 1999 fue uno de los primeros políticos españoles en declarar públicamente su homosexualidad, cuando Jordi Petit, pionero activista LGBT en España, le pidió que como político conocido diera ese paso adelante. Le apasionan los ensayos de política y comunicación electoral, pero también las novelas de misterio. De hecho, sueña con trabajar en una librería cuando deje la política. Pero su debilidad es la música y en sus listas no faltan Elton John, Tina Turner y Queen, incluso su melodía de llamada de móvil es "September". Y es incapaz de no mover la cadera si a su alrededor suena una canción setentera.
Es fan de la saga "Star Trek" y su canal preferido de televisión es FOX, donde es adicto a series como Bones y Juego de Tronos. Y se enganchó a la danesa Borgen por recomendación de sus asesores. En esa ficción televisiva, Birgitte Nyborg, líder del Partido Moderado -tercera fuerza de Dinamarca-, se convierte en primera ministra de forma inesperada al dar un vuelco en la campaña ante los errores de los dos grandes partidos y gracias a su capacidad de sumar a su alrededor una mayoría parlamentaria con otros partidos.
A partir de su repetido lema "diálogo, negociación y pacto", Iceta busca erigirse en el Borgen catalán ante el independentismo. Y entre baile y baile, reivindicar que su sabia vieja puede ser aire fresco para que la rosa del PSC no se marchite en la travesía por el desierto que se augura para el socialismo.