Política

Iglesias, asfixiado por la presión interna, pide una salida “digna” a Moncloa

Pedro Sánchez presenta su “última oferta” a Podemos con la esperanza de que el miedo a nuevas elecciones obligue a Iglesias a ceder. El entorno del líder de la formación morada insiste en pedir una coalición 

  • Pablo Iglesias

El PSOE confía en que la “última oferta”, presentada este martes por Pedro Sánchez, pueda desbloquear la negociación con Podemos. El entorno de Pablo Iglesias comunicó en los últimos días a través de unos emisarios su disposición a rebajar sus exigencias, con la intención de buscar una salida “digna” para su partido. Sánchez cree que entregar entidades públicas a los morados puede facilitar el entendimiento. Pero el entorno del secretario general insisten en pedir una coalición: "Queremos una negociación integral", explican.    

En La Moncloa, cuartel general del presidente en funciones, sostienen que ceder a Podemos el control de entidades públicas al margen del Consejo de Ministros puede servir para acercar posturas. Sánchez sabe que dentro del partido de Iglesias hay división, y quiere alentar a los que están dispuestos a votar a favor de su investidura, aún sin tener Podemos ministros, con el objetivo de evitar nuevas elecciones.

Los sondeos más recientes apuntan a que Podemos podría mantenerse alrededor de los 40 escaños si se votara en el próximo noviembre. Pero esos estudios no tienen en cuenta la posible entrada de Íñigo Errejón en la contienda. De ahí que sectores de Unidas Podemos han presionado a lo largo de los últimos días para que Iglesias rebaje sus pretensiones.

Gestionar fondos públicos

La cuestión es de forma y de fondo. Iglesias ha asumido que esta vez tiene que escuchar a los que en su partido abogan por evitar los comicios. En su hoja de ruta tiene la fusión con IU y facilitar el relevo de Irene Montero en la secretaria. Y para todo ello necesita mantener la unidad de acción con Alberto Garzón, que quiere gestionar fondos públicos y tener presencia en la administración.

El problema es que Iglesias sabe que no todo vale. En el partido existe malestar porque muchos le achacan el error de haber rechazado en julio una vicepresidencia y tres ministerios. Además, los anticapitalistas han anunciado que prefieren que Podemos se quede al margen del ejecutivo de Sánchez. Y que si el secretario general quiere entrar en el gobierno tiene que ser por la puerta grande. Es decir, con presencia relevante en el Consejo de Ministros.

Anticapitalistas e IU

Iglesias lidia con dos sectores enfrentados, pero cree que la polémica interna de los anticapitalistas se puede desactivar si los de Garzón le apoyan. De ahí que el pasado martes Iglesias enmarcara su decisión final sobre el apoyo a Sánchez en criterios tan subjetivos como la humillación o la dignidad.

Así lo remarcó en TVE minutos antes de que el socialista ofreciera entregar a los morados la gestión de instituciones públicas. Pero, ¿cuáles son exactamente esas entidades? Este es el punto que quieren aclarar los dirigentes de Podemos. De ello dependerá lo que Iglesias pueda aceptar argumentando que es un pacto “digno”.

La decisión, sin embargo, no es sencilla. Además de los anticapitalistas, otros sectores críticos con Iglesias consideran que “sí que es una humillación que Pablo [Iglesias] acepte altos cargos cuando en julio rechazó los ministerios”. Ayer, miembros de la dirección de Podemos afirmaron que estaban "estudiando" el documento programático, pero insistieron en exigir una "coalición" al PSOE.

Aun así, se trabaja para celebrar un primer encuentro con los socialistas para el próximo jueves. Y no aflojan las voces que creen que la opción más conveniente es "prestar" los votos de Podemos a Sánchez en la investidura, pero sin estar en el gobierno y ejerciendo desde la Cámara una oposición dura, como adelantó Vozópuli.

Falta de confianza

Iglesias no se fía de Sánchez. Esto es un hecho. Pero también es cierto que teme más las elecciones que el socialista. Y ese es el terreno en el que el entorno del socialista espera que Iglesias resbale. Moncloa, por su parte, no quiere que las primeras espadas de Podemos ocupen cargos. Iglesias no está interesado en ello. El líder de los morados renunció a una vicepresidencia de gobierno y resultaría absurdo que ahora se pusiera al mando de una empresa pública. Se pueden descartar también figuras como Pablo Echenique o Irene Montero, mientras que podrían entrar en la quiniela dirigentes conocidos por su labor social, como Rafa Mayoral, que fue abogado de la PAH, y Juantxo López Uralde, portavoz de Equo en el Congreso.

Pase lo que pase, La Moncloa ha logrado que todas las miradas vuelvan a dirigirse a Iglesias. Solo él y su círculo podrán establecer cuál es el pacto “digno” del que dependerá el futuro del Gobierno de España. Curiosa situación para una negociación en la que todos los protagonistas aseguraron que no se trataba de sillones. 

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