La decisión de Pablo Iglesias e Irene Montero de sustituir a Pablo Echenique de la organización de Podemos tiene mucho que ver con la petición de los críticos de celebrar un nuevo congreso. Fuentes internas de Podemos aseguran que la decisión de Iglesias y Montero pretende por un lado buscar un culpable de la tensión que se vive en la formación y por el otro abrir a un escenario de tranquilidad con el nombramiento de Alberto Rodríguez como sustituto. Pero también quieren evitar que otros dirigentes se sumen a la ola de críticas.
“No se pueden cortar cabezas para evitar que haya debate”, resumen algunos dirigentes de Podemos ante la decisión de Iglesias y Montero. El papel de Echenique había sido cuestionado en estos últimos meses desde varios territorios. En algunos de ellos, como Aragón y Cantabria, se le atacó por la creación de lo que llamaron los “partidos de Echenique”. Se referían a las gestoras montadas de manera unilateral y en contra de la opinión de muchos dirigentes locales.
Pero en el trasfondo del asunto se encuentra sobre todo la realpolitik. El próximo sábado se celebrará una reunión interna de gran calado. Todos los dirigentes territoriales de Podemos se darán cita con Iglesias, Montero y la cúpula madrileña para hablar del resultado electoral, pero también para plantear la posibilidad de convocar un nuevo congreso adelantado. La cúpula de Podemos no quiere convocar esa cumbre, pero varias fuentes de Podemos aseguran que el grupo de críticos va sumando apoyos.
Iglesias y Montero, "preocupados"
Esta es la clave que sirve para explicar la defenestración de Echenique. Un movimiento a la desesperada para intentar acallar a los críticos y evitar que la sangre llegue al río. Así lo revelan varias voces dentro del partido en conversación con Vozpópuli, que también manifiestan su sorpresa por lo que consideran una decisión tomada de manera improvisada y únicamente dirigida a frenar las críticas.
El nombramiento de Rodríguez, conocido como el diputado de las rastas, refleja la voluntad de Iglesias de colocar en la cúpula a otro dirigente de su cuerda. Rodríguez es considerado un político de confianza de Montero, pero también tiene un perfil más conciliador que Echenique.
La esperanza de Iglesias y Montero es que su nombramiento calme las aguas y evite que el motín que están preparando los críticos, respaldados desde el domingo por Ramón Espinar, tenga éxito. “Pero esto demuestra que Iglesias y Montero están preocupados”, comentan algunos en la formación morada.